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José Francisco Lagos: “Frente a la alternativa de que Jara llegue al gobierno, todas las fuerzas de derecha van a estar dispuestas a transar, incluyendo a Johannes Kaiser”

En entrevista con EL DÍNAMO, el director de Res Publica analiza el escenario de la oposición a un día de la elección presidencial. Lagos asegura que Kast tiene la mejor opción de pasar al balotaje, pero no descarta un “batacazo” de Kaiser. Y advierte sobre la falta de proyecto político en Chile Vamos ante una eventual nueva derrota presidencial.

A poco más de 24 horas de que se habiliten las urnas, la definición de quiénes serán los candidatos que pasarán a segunda vuelta parece aún abierta.

Si bien José Antonio Kast mantiene el favoritismo en las encuestas para pasar al balotaje junto a Jeannette Jara, Johannes Kaiser ha logrado instalarse como una alternativa competitiva, mientras Evelyn Matthei habló de un supuesto “triple empate técnico”.

En entrevista con EL DÍNAMO, José Francisco Lagos, director de Res Publica, analiza el estado de la derecha ad portas de lo que se ha definido como una primaria del sector. Desde su perspectiva, el despliegue comunicacional de Kaiser y su buen desempeño en los debates han logrado posicionarlo como una alternativa a Kast que gusta al electorado de derecha más conservadora, mientras que Chile Vamos arrastra problemas estructurales que van más allá de liderazgos individuales.

“Los votantes han pasado de Chile Vamos hacia Republicanos y a Libertarios. Eso es lo más grave que le puede pasar a los proyectos políticos”, dice Lagos para graficar el mal momento de la coalición de centro derecha.

“El que llega mejor posicionado es José Antonio Kast”

—Tomando en consideración los últimos debates y los cierres de campaña ¿qué candidato de oposición llega mejor posicionado a la elección de este domingo?

—Por un tema de historia reciente, el que está mejor posicionado es José Antonio Kast. Salvo que pase algo muy raro, debería mantenerse así hasta el domingo.

—Algunos candidatos han planteado que la elección aún está abierta. ¿Hay un margen de apertura para esperar un resultado distinto a un balotaje Kast-Jara?

—Sí, hay un margen de apertura porque la diferencia entre los tres candidatos de oposición no es completamente irremontable. Lo que sí creo es que son tantas cosas las que influyen en los electores, especialmente los que toman la decisión a última hora —presumiblemente los votantes obligados—, que no hay certeza de qué es lo que se va a jugar. En torno a oficialismo versus oposición, la disputa es quién es el más opositor y eso se juega entre José Antonio Kast y Johannes Kaiser. Y en el otro eje está el de la unidad que representa Matthei.

—¿Por qué Kaiser terminó repuntando? Encuestas antes de la veda lo daban al alza.

—El despliegue que ha tenido en la campaña, sobre todo la estrategia comunicacional y la participación que ha tenido en los debates —que ha sido bastante buena—, ha hecho que las personas que no lo conocían tanto y están en este eje oficialismo-oposición, es decir, que no les gusta el gobierno y quieren votar por lo que se oponga al gobierno, ha permitido que conozcan a alguien que es una alternativa distinta a José Antonio Kast o Evelyn Matthei. Yo apuntaría a ese aumento en el conocimiento y al buen desempeño que ha tenido en las últimas semanas en ese eje, que lo ha llevado de nuevo a estar en una buena posición.

—Kaiser en los últimos días ha propuesto el indulto a presos de Punta Peuco, incluido Miguel Krassnoff, o carabineros condenados por hechos del estallido social. ¿La gente que vota por Kaiser vota a pesar de esas propuestas controversiales o vota también por ellas?

—Es bien interesante porque aquí se ha dado un cambio político, pero también un fenómeno sociológico. Yo te diría, desde el punto de vista político primero, que ahí pueden haber dos incentivos. Uno, que no son los temas que hoy día están dominando la campaña en general. Si uno ve los sondeos de opinión pública, todo lo que tiene que ver con seguridad pública y economía son completamente hegemónicos en las encuestas y a la hora de llevar a las personas a tomar decisiones. Por tanto, todo este tipo de cosas, aunque parecen estrafalarias, no le mueve la aguja a la generalidad de la población.

—¿Y el segundo incentivo?

—Cuando se dice que la derecha está enfrentando una primaria, tiene el fundamento también de forzar un mensaje hacia tu público propio, tu electorado movilizable. Y ese público movilizable que se entusiasma, que convence a otros, tiene los incentivos de que le hablen a su propio mundo. Yo leo estos mensajes en esa línea, como para movilizar un grupo que no necesariamente es todo el público que apoya a Johannes Kaiser ahora, sino que es un grupo de gente movilizada que puede convencer a otras personas en la última milla.

—En caso de que Kaiser pase a segunda vuelta, ¿eso sería un problema para la derecha? Él ha dicho en varias ocasiones que no va a modificarlo.

—Tiene que hacerlo, no por falta de valentía o porque renuncia a sus convicciones, es porque la realidad se impone demasiado rápido. Pensemos en lo que le ha pasado a este gobierno: no tenía dentro de sus prioridades ni la agenda económica ni la agenda de seguridad, y han sido dos de los ejes que más han marcado su gestión. ¿Por qué? Porque la opinión pública, la realidad del país, termina siempre primando por sobre los programas presidenciales. 

—Pero Kaiser se caracteriza por no dar el brazo a torcer, se ve difícil que vaya a cambiar de posición ahora.

—Frente a la alternativa de que Jeannette Jara llegue al gobierno, todas las fuerzas políticas van a estar dispuestas a transar, incluyendo a Johannes Kaiser. Kaiser en varias cosas ha sido bien pragmático. Por ejemplo, el segundo proceso constitucional a Kaiser no le gustaba, pero él estaba dentro del Partido Republicano. ¿Y qué hizo en esa campaña? Guardó silencio. Dio su opinión cuando salió del partido. Por tanto, hay un eje de pragmatismo importante que cualquier persona que siga la política y sobre todo que pretenda ser presidente de la República lo tiene que tener. Y lo va a tener.

—En el caso que Kast pase a segunda vuelta, ¿le es más fácil articular la oposición?

—José Antonio Kast tiene una posición privilegiada para unir a las derechas, entre otras cosas porque va en la misma lista con Johannes Kaiser y tiene una base de apoyo parecida. También con Chile Vamos creo que se han abierto las distintas puertas y canales de diálogo para que no sea tan traumática esa eventual pasada a segunda vuelta y los apoyos que se puedan dar. Ya se dio la vez pasada cuando el adversario era Gabriel Boric. Yo creo que es más probable que pase si la adversaria es Jeanette Jara.

“Chile Vamos no tiene un proyecto político”

—Si Matthei no pasa a segunda vuelta, esta ya sería la segunda elección consecutiva en que Chile Vamos queda fuera del balotaje. ¿Qué tan problemático es esto para la continuidad del proyecto?

—Es bien problemático. Eso obliga a pensar en una reconfiguración de la coalición, sobre todo porque este mal resultado electoral termina arrastrando a los distintos proyectos políticos de manera diferente, es decir, teniendo cada vez menos escaños, cada vez menos alcaldes, a pesar de seguir siendo una fuerza política muy importante. Por tanto, yo creo que lo que hace esto es obligar a una reconfiguración de Chile Vamos, sin duda.

—¿Y esa reconfiguración debería ser más hacia la derecha o seguir la línea de esta campaña, que al parecer no tuvo resultado, que es aliarse con un centro derecha o centro, a veces incluso la socialdemocracia?

—Es una discusión interesante, pero yo haría un paso previo: independientemente de cuál sería el proyecto político de Chile Vamos, lo relevante sería tener un proyecto político. Hoy día Chile Vamos no tiene un proyecto político. Hay tres corrientes de pensamiento distinto y primos cercanos como Amarillos por Chile y Demócratas, pero no es claro cuál es el proyecto hacia el futuro. Yo creo que la obligación es definir cuál es el proyecto hacia el futuro, y eso evidentemente requiere reflexión, requiere reconfiguración de los mismos partidos o de la coalición misma. Lo que no puede seguir pasando, al menos si Chile Vamos quiere seguir existiendo como fuerza política, es lo que hemos visto en las últimas elecciones y en la última campaña, sobre todo en la campaña de Evelyn Matthei: la desunión de la coalición o la falta de proyecto político provoca que se produzcan problemas en la campaña presidencial también.

—¿Por qué Piñera pudo unir a la coalición y Matthei no?

—Primero, porque la popularidad no es sinónimo de liderazgo. Y en esto yo creo que ha faltado liderazgo al interior de Chile Vamos.

—¿Por parte de Matthei o los presidentes de partido?

—No sabemos si el rol es de Matthei o el rol debería ser de alguien distinto, pero no está un Sebastián Piñera que lograba aunar a la coalición y a las distintas corrientes que hay. 

—¿En qué se grafica ese desorden?

—Solo para graficar lo que te estoy comentando: en algún momento la senadora Paulina Núñez (RN) dijo que había que hablarle a la socialdemocracia. Desde Evópoli dicen que Evelyn Matthei es la candidata que representa al liberalismo. Un diputado de Renovación Nacional como Diego Schalper diría que Evelyn Matthei representa a los socialcristianos. Y alguien de la UDI como Guillermo Ramírez diría que representa a los conservadores. No hay candidato, no hay proyecto político posible donde una misma candidatura le pueda hablar a cuatro mundos tan distintos. No existe. Y yo creo que ahí está la falta de definición y de proyecto político.

—¿Ve posible una escisión en Chile Vamos?

—Creo que pueden haber movimientos, y movimientos tanto de reestructuración de los partidos —es decir, ampliar la coalición o reestructurarla— o también que haya salidas de personas porque no están contentas con cómo ha avanzado en el último tiempo la coalición. 

— ¿Puede haber una migración masiva de cuadros, de personas de Chile Vamos hacia el Partido Republicano?

—Sí, pero yo diría que ya pasó lo más grave, que es la fuga de votantes. Los votantes han pasado de Chile Vamos hacia Republicanos y a Libertarios. Eso es lo más grave que le puede pasar a los proyectos políticos. Ahora, en el mundo ha sido distinto, porque en algunos casos esta derecha más radical —que puede ser radical, conservadora, libertaria o más nacionalista, hay diferencia en el mundo— a veces logra dar el batacazo y ganarle a la centroderecha tradicional, o simplemente conviven como en España, que parece que están en condiciones similares y la centroderecha logra defenderse de alguna manera. En otros momentos dan el zarpazo y tienden a la desaparición, como por ejemplo pasó en Francia y está pasando en Argentina.

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