El cuerpo rocoso volará a 11 millones de kilómetros y solo podrá ser visible por telescopio. Según científicos, esta es la primera visita de cinco que se producirán en un periodo de doce años.
En los últimos años he tenido el placer de viajar mucho más de lo que quisiera. Suena incongruente, pero no lo es. Y en cada viaje, he ido observando comportamientos que me sorprenden al extrapolarlos a la vida fuera de un avión. Desde la eficiencia hídrica y energética de los baños, hasta el tremendo desperdicio que suele conllevar la alimentación en los lugares “de paso”. Cuando se tiene que dar un servicio a muchas personas que pasan poco tiempo ahí, mi conclusión es que el sistema rápidamente se adapta para usar la menor cantidad de agua y energía posible, pero suele no escatimar (aún) en los residuos que se generan en envases y embalajes.
Este sería el décimo evento desde que se descubrió este fenómeno el año 2007 y que se conocen tras analizar los datos después de varios meses o años de producirse.
El fenómeno, que podría llegar hoy o en los próximos días, afectaría los satélites, las transmisiones de radio y generar problemas en el suministro eléctrico.