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4 de Mayo de 2017

Manuel García: “Aplicar una palabra como ‘defraudar’ al nombre de Michelle Bachelet es injusto”

Su nuevo disco, las presentaciones en el Teatro Caupolican, la polémica con el proceso constituyente y su visión del segundo gobierno de Michelle Bachelet convergen en esta entrevista al cantautor.

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Los próximos 26, 27 y 28 de mayo, Manuel García se presentará en el Teatro Caupolicán para presentar su nuevo disco “Harmony Lane”, el que grabó de manera íntegra en Estados Unidos junto al reconocido guitarrista Craig Thatcher. En medio de la promoción de este nuevo material, el cantautor chileno conversó sobre este nuevo desafío musical con El Dínamo y las implicancias que vinieron con él.

Pero también tuvo palabras para su polémica con la canción del Proceso Constituyente en la que participó durante el año pasado, además de referirse a la segunda administración de Michelle Bachelet, la que defendió con uñas y dientes.

– ¿Qué fue lo que te llevó a hacer este viaje a Estados Unidos a grabar tu nuevo disco? 

– La suerte que tuve a través de Casa Amarilla, que me auspicia, de acercarme a las guitarras Martin como instrumento, que es muy conocido entre el mundo de los músicos y muy apreciados por los guitarristas. Pude acercarme al instrumento no solo físicamente, sino que también al conocer a Craig Thatcher, quien resultó ser el productor de mi nuevo trabajo. Tuvimos el pie forzado de tocar juntos y las músicas se comunicaron, conversaron entre ellas. Mi música, la manera en como yo toco la guitarra y como yo hago mis canciones, como también Craig Thatcher desde su perspectiva norteamericana las entendió. Eso creo yo, porque precisamente este era un disco que si me hubiesen preguntado en algún momento de la vida cuál hubiese sido un disco deseable, precisamente uno en el cual yo pudiera verter las influencias folk, rock, country, de músicas norteamericanas que están en nuestra cultura.

– Ahora a fines de mayo, ofrecerás tres shows en el Caupolicán, le diste la oportunidad a tus fanáticos de elegir el setlist con sus canciones favoritas. ¿Por qué tomaste esa decisión?

– Porque es súper lindo abrir la parrilla de canciones a la gente, contar qué es lo que van a ir a escuchar. La gente en este momento, así como está el mundo y todo, si va a pagar por algo tiene que ser por algo de calidad y va a disponer de su tiempo, no solo de su dinero. Va a apoyar a un artista que algunos siguen y otros quieren conocer, entonces son tiempos en que hay que ofrecer mucha calidad, lo mejor. Hay mucha competencia a niveles de informaciones, desde lo que pasa en la televisión donde uno puede optar por qué película ver en Netflix o en su teléfono donde deciden su música y cada uno arma sus parrillas musicales en sus plataformas, en Spotify o Apple Music. Hay que ofrecer calidad y para mí esa calidad está en que la gente se sienta implicada en el concierto.

 

 

– Hace unos días nos enteramos de que serás parte del nuevo disco de Mon Laferte, ¿cómo ves su carrera tras su exitoso paso por el Festival de Viña?

– Yo me siento súper orgulloso con la Mon. Me sentí orgulloso antes de que viniera a Viña, el año pasado en México que allá la gente abriendo un puesto de tacos, una feria en la mañana, alguien caminando por las calla silbara sus canciones, escuchar en un taxi que saliera su nombre, en los lugares más remotos de México estaban sus pósters gigantes o su nombre en la carretera. Era todo un fenómeno. Creo que nos va a hacer bien a todos los músicos chilenos tener esta tremenda artista que ahora tiene una proyección internacional enorme. Con ella se corre la cortina al misterio y se abre una nueva era, que es precisamente que tenemos una nueva artista así como también fue alguna vez Los Ángeles Negros, La Ley, afuera realmente triunfando. Orgullo.

– ¿Cómo fue el trabajo particular con ella en el disco? ¿Qué nos puedes adelantar de ello?

– Ella me invitó a colaborar, siempre con la delicadeza de preguntar si me gustaba la canción que íbamos a hacer, que ella me proponía. Es una canción muy sensible dentro del disco, muy delicada. Creo que acertó con la elección para que pudiéramos cantarla juntos y cuando uno hace una colaboración, la preparación es muy fina, tiene que ser muy especial. Te tiene que gustar el artista, te tiene que gustar la canción, tienes que sentirte identificado con lo que va a pasar en la letra de la canción y luego tratar de dominar la canción como si la hubieras compuesto tú, para que puedas sentir esa complicidad para que en la hora del estudio, de ir a grabar, la persona que te invita no vea que llegas con un papel a última hora sin saber la letra o sin tener clara una propuesta estética de cómo tú la sentiste.

Proceso constituyente, elecciones y Michelle Bachelet

– El año pasado te enfrentaste a una polémica por la canción del Proceso Constituyente ¿Cómo enfrentaste esa situación? 

– Yo no me arrepiento de haber participado, porque fui a algo que creo que es un tema súper importante para el devenir de la sociedad chilena que es el hecho de que la gente tenga el derecho de opinar sobre una Constitución. Nadie dice que la gente opinando va a terminar escribiendo la Constitución, como algunos trataron de decir. Creo que es importante que la gente en última instancia se reúna y entienda lo que es una Constitución, porque estamos súper lejos –aparte de haber estudiado un poco de Educación Cívica en el colegio- de tener la noción de lo que es realmente una Constitución y cuáles son las cosas que se pueden ir quedando atrás en el tiempo. Cuando tenga nietos me voy a sentir orgulloso de contarles que yo estuve en estos procesos, que muchas veces voy por lana y salgo trasquilado.

– Se te cuestionó bastante por el tema pagos

– A defensa propia puedo decir que yo no cobré ni un peso por ir a hacer lo que yo hice, a mí me fijaron un precio de pago y me lo comunicaron, que está muy por debajo de la noticia que generaba el hecho de que yo apareciera vinculado a 24 millones de pesos. Eso, tengo que tomarlo naturalmente, no como una persecución política porque yo soy un bicho muy chico como para eso, pero sí como que hay una mala intención editorial en comunicarle a la gente lo que sus artistas están haciendo cuando se vinculan a procesos políticos. Si la gente que emite estas noticias tuviera un compromiso, una línea política, una editorial ideológica para publicar algo, no serían tan irresponsables porque valorarían a un oponente de ideas que defiende lo que hace desde un lugar democrático.

– Eso sería un tanto extraño de ver tomando en cuenta en el panorama político actual…

– Si yo fuera un político, yo valoraría que mis oponentes fueran súper claros en sus expresiones, en sus maneras de decir en sus compromisos, que no fueran difusos, que no fueran un enemigo fantasma o que estuvieran siempre basados en que una cortina de humo siempre es una verdad. A mí me dolió el hecho, precisamente, de ver que finalmente no tenemos una política donde las cartas estén claramente puestas en la mesa, sino que todavía hay una especie de cuchillazos en la espalda que son este tipo de situaciones que mal informan a la gente, que deforman la realidad y que lo único que hacen es echarle parafina al fuego. No sé, a la larga, qué tan perjudicado voy a salir yo en el tiempo de esta famosa polémica, que no tiene tampoco capacidad de ser polémica porque no tiene un sustento el hecho de la noticia que se contó, fue una especie de chimuchina de conventillo.

– ¿Crees que el Gobierno ha llevado correctamente este proceso constituyente?

– No, porque los gobiernos de la Concertación desde que vuelve la Democracia en Chile tienen un defecto estructural muy importante y es no haber tenido una programación de comunicación directa con la gente. En un momento, tengo entendido y no sé si me equivoco, los medios oficiales dijeron que no iban a transmitir la información de la revisión del proceso constituyente. Eso hace que finalmente se perciba un nivel comunicacional muy débil de un gobierno hacia un pueblo, es decir, no estaba fundada desde antes una cultura a través de las radios universitarias, a través de los medios que trabajan de manera más seria, a través de un equipo de prensa que estuviera vinculado a lo que está pasando actualmente en la juventud con las redes, con los soportes digitales. Se producen vacíos, desinformación y no se transmiten todas las mejores ideas, las buenas ideas o los debates no llegan a puerto, llegan como ideas deformadas.

– Cómo calificas el panorama político actual. Candidatos, lo del Frente Amplio, Guillier…

– A mí me está costando mucho tomar una opinión política ahora, porque no me satisface la información de la televisión. Yo no puedo prender la tele, con el poco tiempo que tengo, para ver a dos personas discutiendo como en una especie de teleserie y que me repitan la noticia diez veces, desde la tarde hasta el otro día en la mañana, sin que estemos expuestos a los programas políticos de los candidatos. No sé cuál es el programa de Guillier, no sé qué es lo que opina en un lugar serio Beatriz Sánchez con respecto a no se qué, que las nuevas apariciones del Frente Amplio… me voy informando de que aparecen, pero no tengo idea de qué se trata exactamente porque no encuentro eso en El Mercurio el fin de semana y no lo veo tampoco en las noticias. Igual que un padre de familia corro de un lado a otro y entonces voy escuchando comentarios de pasillo.

– ¿Tienes algún candidato?

– No tengo, lamentablemente. Espero tenerlo, necesito más información, acercarme a los programas, entender cómo se están dando las coaliciones, a quién representan. Qué parte de la NM apoya o no las propuestas que siempre le ha hecho el Partido Comunista a la mesa, qué pasa con las divisiones de la derecha, ¿califican o no califican a sus candidatos? Se empieza a dar esta cosa de que lo que realmente importa es tener una información de base potente, más que qué dijo este y este otro. Hay cosas que son irrelevantes. Me gustaría tener esa información para tomar una decisión y decirla, porque no me complica tomar una decisión política, defenderla y dar la cara. Ni siquiera como artista, es importante tener claro eso como ciudadano, como persona, como padre de familia.

– ¿Crees que estas ‘teleseries políticas’, como tú las defines, influyen en los jóvenes a la hora de ir a votar?

– Si, afectan directamente. Qué ganas va a tener una persona joven, universitario o gente trabajadora joven, que tiene responsabilidades de familia, de tener un nivel de comunicación referido a la política con gente que está enojada todo el rato. A la gente joven le resulta a esas personas súper desagradables. Excepto por las generaciones más jóvenes que han ido tomando lugar en la política y sí tienen un tono más dulce, que sí parecen estar más conectados con lo que pasa. Por decir que esta nueva camada de gente joven, de la época de la Revolución Pingüina hasta ahora, ha tomado un lugar importante en la política y que tal vez no han tenido todas las oportunidades necesarias para poder articular lo que desean articular, porque también están metidos en un mundo que existe así desde 1810.

– ¿Crees que Michelle Bachelet defraudó a la gente con este segundo gobierno? ¿Crees que las expectativas eran muy altas?

– Yo creo que en el caso de la política, aplicar una palabra como ‘defraudar’ al nombre de Michelle Bachelet es injusto. Tengo la noción de que ella levantó muchos temas que eran importantes en esta administración. De que en un minuto chocó contra una muralla de llevar a buen puerto la educación gratuita y de calidad, aunque se comenzó de alguna manera el proyecto a nivel país, cosa que nunca antes. El tema del aborto fue polémico, el tema de la igualdad de género es un tema que está en boga, el tema de las AFP y todo el programa previsional también se levantó como tema. Hay gobiernos en que esos temas no se han levantado porque ni siquiera se puede hablar del asunto. Creo que Bachelet ha abierto el cerco de las polémicas y al no poder concretar todos los temas que estaban en su programa, se le viene en contra la típica historia de la política: que se parece más a promesas que a cosas concretas. Pero me parece que la responsabilidad de sentirnos defraudados como sociedad, le compete a una responsabilidad política importantes que no se vería solo en Michelle Bachelet.

–  Da la idea de que pones a la presidenta como víctima de la política…

– Es que somos todos víctimas de estas cosas y Chile siempre ha sido un país que si no sufre de una cosa, adolece de otra. Voy a que estas contingencias, estas cosas que se dan alrededor, en este caso, de la administración de Bachelet, son cosas que nos pasan a todos los chilenos. La decepción, el problema del abuso de relaciones a nivel de las esferas políticas o económicas, el hecho de que el país viva tantos desastres naturales, unos seguidos de otros, de que haya una disconformidad social súper potente y que no es solo el tema directamente vinculado a la política, sino que el sistema económico político y social está mostrando una crisis existencial súper fuerte, de hace muchos años. Ahora es más triste. Si bien es cierto, las madres antes también trabajaban hasta tarde y ver a los jóvenes jugando afuera en la calle era un paisaje de ‘pucha no he estado con mi hijo en todo el día’, ahora verlos metidos en un teléfono es más triste. Filosóficamente necesitamos una cuerda que nos amarre, necesitamos una guía, necesitamos líderes. Ojalá esos líderes aparezcan desde ámbitos donde puedan mover energía, desde donde haya energía social. La alternativa que tenemos siempre es el soporte político. Desde ahí se vienen a articular ideas que como pueblo pudiéramos revisar, plantear, discutir, luego fijar en leyes que nos aporten nuevos pensamientos, idearios. Como sociedad nos pasa la cuenta esa especie de estar en una disconformidad constante. Y claro, por supuesto que una parte va a ir a parar al ámbito político, pero también cada persona tiene que hacerse responsable de esa parte país que le toca también. Cómo cada uno enfoca su propia vida, su reflexión, su participación política.

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