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30 de Mayo de 2014

Despenalización de la Marihuana: La caja de pandora que Bachelet no quiere abrir

Ad portas de la décima marcha "Cultiva tus derechos", organizada por los grupos canábicos, la discusión sobre drogas está en un período de incertidumbre. La Presidenta no se pronuncia, cunde la ansiedad y los detractores de la Ley 20.000 de drogas comienzan a criticar la inercia del gobierno.

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Los sectores pro despenalización de la marihuana esperaban que durante la cuenta pública del 21 de mayo, en Valparaíso, Michelle Bachelet diera algún indicio sobre la política que impulsará en materia de drogas. El tema, que “no es prioridad” para Bachelet -según ella misma ha señalado-, quedó en un punto muerto tras la polémica salida de Francisca Florenzano del SENDA, en marzo pasado, justo después de firmar el decreto que sacaba a la marihuana de lista 1, vale decir, de “las sustancias o drogas estupefacientes o sicotrópicas, productoras de dependencia física o síquica, capaces de provocar graves efectos tóxicos o daños considerables a la salud”, como la cocaína, la heroína y el opio, categoría en que la propia Bachelet dejó a la cannabis durante su primer mandato.

El silencio de Bachelet fue roto, para frustración de muchos, solo para referirse a la droga de manera genérica, en un acápite casi al final de su discurso, y desde una perspectiva de seguridad ciudadana. “Para tener éxito en la lucha contra las drogas debemos mejorar nuestras estrategias. Durante el primer semestre del 2015 elaboraremos y lanzaremos el Plan Nacional contra el Narcotráfico, que nos permita enfrentar de manera integral y con mayor eficacia este problema”, dijo escuetamente.

La nota al margen no alimentó esperanzas y la coyuntura política tampoco da para ilusiones ad-portas de la décima versión de la marcha “Cultiva Tus Derechos”, que se realizará este domingo.

Hay cierta coincidencia entre los consultados en que Bachelet evitará en el corto plazo un pronunciamiento público frente a este tema, sobre todo por estar los esfuerzos concentrados en las tres reformas pilares de su administración y recientemente abrir un flanco valórico sobre libertades personales con su propuesta de despenalizar el aborto.

Para cubrir ese déficit, La Moneda prepara un esquema que a estas alturas ya parece un cliché: la formación de un comité asesor para analizar la Ley 20.000, instancia para la que ya se ha comenzado a sondear a varios expertos. Ya lo ha dicho Bachelet en su programa: “Revisaremos la Ley 20.000… Revisaremos el Reglamento que considera a la marihuana en la Lista 1”.

Una directora afín en el Senda

Recién un día antes de su cuenta pública, el 20 de mayo, Bachelet nombró sin ceremonias ni aspavientos a la doctora Lidia Amarales como directora del SENDA, el organismo dependiente del Ministerio del Interior y Seguridad Pública que se dedica fundamentalmente a la prevención y rehabilitación del consumo de Drogas y Alcohol. Habían pasado más de dos meses desde la salida de Florenzano y la subrogante, Paulina Saavedra, solo tuvo una breve y obligada figuración por no implementar el Plan Tolerancia Cero Alcohol para el fin de semana de Semana Santa.

Magíster en Salud Pública de la Universidad de Chile, especialista en Pediatría y Enfermedades Respiratorias Infantiles, Amarales fue propuesta para el cargo por el senador Guido Girardi, de quien es cercana. Pero al parecer que fue más importante la cercanía personal que ha ido cultivando con la mandataria desde la primera administración bacheletista en La Moneda para imponerse a los otros dos postulantes, Pablo Egenau, propuesto por sectores DC, y Eduardo Vergara, apoyado por Ricardo Lagos Weber y los sectores más progresistas de la Nueva Mayoría.

Amarales saltó desde la seremía de Salud en la región de Magallanes, durante el mandato de Ricardo Lagos, a la Subsecretaría de Salud Pública en el primer gobierno de Bachelet, plataforma que le permitió implementar en 2006 la Ley de Tabaco. Tras salir del cargo con algunas críticas, asumió como vocera de la fundación “Chile libre de tabaco”, organización que centraba sus esfuerzos en la prevención y en denunciar a las tabacaleras que instaban a los parlamentarios a suavizar las normas.

Su nombramiento ha sido recibido con incredulidad entre quienes buscan una mayor liberalización de la cannabis. Algunos cuestionan su falta de conocimiento en el área, pero otros sostienen que podría ser interesante si la discusión pasa desde los prejuicios a una discusión más técnica. Sin embrago, ninguno duda que se trata de una nominación conservadora.

“No hay interés en La Moneda por subirle el perfil al tema de la marihuana, sino más bien dejarlo ahí… Yo creo que este SENDA, dirigido por Amarales, va a concentrarse en la prevención y la rehabilitación, y no va a moverse más allá”, dice uno de los consultados.

Pero hay un hecho que preocupa aún más a los activistas canábicos: el regreso al SENDA de varios ex colaboradores de María Teresa Chadwick, cara visible del proceso que dejó en 2005 a la marihuana en Lista 1. Derechamente se le sindica como una firme partidaria de la criminalización al consumidor.

Claudio Venegas, editor de Revista Cáñamo, dice que no tiene reparo en el nombramiento de Amarales y que le desea éxito: “Es una profesional capaz, viene del mundo de las políticas públicas, de la medicina, y espero que ello lleve a un diálogo más sensato, más técnico sobre la cannabis y la droga en general. Y saludamos también que el nuevo director no sea ningún ex jerarca del Conace”.

La sombra de María Teresa Chadwick

Hermana de Andrés y Herman Chadwick, casada con José Antonio Viera-Gallo, y prima del ex Presidente Piñera, la ex militante del MAPU parece haberse vuelto omnipresente en las políticas desarrolladas en las dependencias de calle Agustinas 1235. Esto tras su largo paso, con línea directa con el Ministerio del Interior, como directora ejecutiva del entonces Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (CONACE), antecesor del SENDA, durante el primer gobierno de Bachelet.

Durante el período, formó un compacto grupo de trabajo afín a sus políticas que es principalmente recordado por una agresiva campaña televisiva en contra de la cannabis, “Vuelve a ser inteligente. No fumes marihuana”. Decía María Teresa Chadwick, en entrevista con La Nación de Argentina en 2008, a propósito del spot, que el 70% de las personas tratadas por abuso de drogas duras había comenzado por la marihuana. “Los alumnos tienen muchas más posibilidades de desarrollarse no haciendo uso de ella. Está comprobado que fumar marihuana genera más ausentismo escolar”, decía.

“Es preocupante que los adolescentes crean que la marihuana no hace daño. Tienen mayor conciencia sobre el peligro del alcohol y del tabaco. Sin embargo, la percepción de riesgo frente a esta droga ilícita ha disminuido en los últimos años, producto de discursos que banalizan su uso y la promueven como natural e inocua, a pesar de que la evidencia científica señala que la marihuana no es inofensiva”, declaraba.

Tras su salida del Conace y su reemplazo por Florenzano, Chadwick inició una carrera como conferencista experta en drogas, creando en 2012 una sociedad junto a otras compañeras del Mapu: “Chadwick, Bau y Asociadas Limitada”. Integraban la empresa su brazo derecho en el Conace, María Soledad Coca, la presidenta del directorio del Museo de la Memoria, María Luisa Sepúlveda, la ex directora de Conaf y ex esposa de Enrique Correa, María Catalina Bau, la experta en temas de género de las Naciones Unidas Teresa Rodríguez Allendes, y por supuesto Chadwick.

En 2013, María Teresa Chadwick vuelve a trabajar con Bachelet. Asume funciones en la subcomisión de drogas del comando de campaña junto a la hoy ministra Javiera Blanco, y al psiquiatra Mariano Montenegro, otro de sus incondicionales y a quien solo la férrea oposición de las organizaciones procannabis en marzo pasado le impidió asumir en la dirección del SENDA.

No obstante, otro importante colaborador de Chadwick sí se ha instalado en un rol clave en el organismo público. Se trata de Álvaro Ahumada, quien asumió funciones en la División de Estudios del SENDA. El año pasado Ahumada presentó un estudio realizado con fondos internacionales junto al ex senador socialista Carlos Ominami -bajo el alero de la Fundación Chile 21- donde en sus conclusiones analiza principalmente desde una mirada economicista los costos de control de oferta. Y concluye: “El escenario chileno de despenalización de la marihuana ofrece elementos para pensar que, en el marco de los supuestos utilizados, una política en esta dirección podría ser viable en términos de costo-beneficio”.

Sin embargo, advierte: “Si las tasas de prevalencia de consumo de drogas bajo el escenario alternativo exceden cierto nivel, los costos relacionados con el tratamiento y pérdida de productividad podrían superar los ahorros posibles por concepto de reducción en los gastos de control, con lo cual la evaluación económica correspondiente sería negativa. Este hallazgo fortalece la argumentación en favor de los programas de reducción de la demanda, cuyo papel es esencial para moderar el aumento de las tasas de prevalencia en los escenarios de políticas alternativas”.

Opinan los expertos

Claudio Venegas dice que hace rato que vienen pidiendo reunirse con el SENDA para expresarles su opinión sobre la política de drogas, sin resultados. Abogan porque se establezca una agenda corta, donde se retire a la marihuana de lista 1 y se permita su uso terapéutico en medicamentos, y avanzar en ‘relajar la mano’ con la persecución a los consumidores de cannabis.

“Para nosotros es una incógnita la política de drogas que planean. Solo sabemos que no es de las prioridades del Gobierno. Pero creemos que se pudieron haber tomado medidas muy simples y concretos para marcar el rumbo en temas donde no hay mayor discusión”, dice.

El profesor Ibán de Rementería, de la Red Chilena de Reducción del Daño, concuerda en que el tema no es prioritario para el Gobierno, pero agrega que en el propio tema de las drogas se han producido ‘ruidos’. “Todo ha quedado en la temática del autocultivo, donde hay un gran movimiento social luchando, que se va a expresar una vez más este domingo, pero si bien es un problema a resolver, no es el más importante”, dice, y agrega que más grave es el altísimo nivel de criminalización que la actual ley de drogas. “No puede ser que tengamos 85 mil detenidos al año por cannabis. Eso me parece una completa locura”.

“El nombramiento de la doctora Amarales, pese a no es una persona interiorizada en drogas, es interesante en el sentido de que no se quiere seguir trabajando con personas o equipos tradicionales que no han sido muy atinados en el manejo del tema de drogas”, afirma el experto.

La ley 20.000 no sanciona el consumo personal y privado de cualquier tipo de droga, pero distinto es cuando te sorprenden portándola. Ahí deben demostrar que es para tu uso personal y próximo en el tiempo. En su artículo cuarto, la ley señala que “… será castigado con presidio menor en sus grados medio a máximo y multa de 10 a 40 UTM, a menos de que justifique que están destinadas a la atención de un tratamiento médico o a su uso o consumo personal exclusivo y próximo en el tiempo”. Y como el acusado debe probar su inocencia, es el juez quien decide.

Cabe destacar que al estar la marihuana en Lista 1, no se puede utilizar como medicamento, hay un decreto expreso en Chile que lo prohibe. “No hay ningún problema para que la Presidenta cambie ese decreto, y con ello se importen medicamentos para personas que tiene problemas de salud, como tratamientos contra el cáncer o enfermedades terminales”, insiste de Rementería.

Respecto a esto último, el director del Instituto de Salud Pública, Ricardo Fábrega, se pronuncia. “No hay una decisión respecto a esto último, pero sí se está estudiando como hacemos para incorporar a la cannabis al espacio terapéutico chileno, si corresponde”.

Desde el año pasado, gracias a campañas por redes sociales, 4 personas han solicitado al ISP la internación de medicamentos con principios activos canábicos, y a todos se les ha dado la autorización. “Creo que ya está bien establecido que debemos contar con el mayor arsenal terapéutico posible para atender las enfermedades de nuestra gente”, añade el funcionario

El sicólogo Paulo Egenau, de la Fundación Paréntesis, dice que el problema de la droga se debe abordar “desde una mirada salubrista, lo que requiere de un proceso de despenalización”. Y toma distancia de los grupos procannabis: “Este es un tema que trasciende a un grupo específico de consumidores y una política coherente debe abarcar al mundo general de las drogas”

Sobre la “ausencia” del Gobierno en el debate de la droga, señala que “este nunca ha sido un tema de mucha relevancia política, sino que cada cierto tiempo reflota producto de la presión ciudadana y se convierte en un atado de prejuicios… Esperamos que una vez pasados los temas prioritarios de la agenda política del Gobierno, podamos retomar el camino de conversación con el fin de hacer una revisión crítica de la Ley 20.000″.

El Dínamo solicitó una entrevista con la directora del SENDA, Lidia Amarales, pero desde el departamento de comunicaciones se nos informó extraoficialmente que ella no dará entrevistas por el momento sobre la temática específica de la Ley 20.000, mientras no se interiorice cabalmente.

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