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9 de Junio de 2014

Agenda energética y criterios de sustentabilidad

Escuchar a los distintos actores de manera efectiva, permitiría conocer cuales son estos criterios. Definidos estos criterios podemos evaluar distintas alternativas para la matriz energética, su desempeño en estas dimensiones y seleccionar la más conveniente para nuestra sociedad.

Por Cristóbal de la Maza
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Cristóbal de la Maza es Ingeniero Civil Industrial de la Pontificia Universidad Católica. Se desempeñó como Jefe de la División de Información y Economía Ambiental del Ministerio del Medio Ambiente. Tiene una vasta experiencia en temas de desarrollo sostenible, ejerciendo como miembro del directorio del programa de Naciones Unidas sobre consumo y producción sostenible y como consejero del Centro de Energía Renovable de Chile. Actualmente representa a Fundación Chile en la Plataforma Escenarios Energéticos 2030.

Transversal ha sido el reconocimiento de diversos sectores sobre la claridad en el diagnóstico y el nivel de ambición de la agenda energética del gobierno. Sin embargo, en materia ambiental es donde se presentan más dudas. Si bien se propone retomar el olvidado rol del estado como garante del bien común en el resguardo ambiental y social en zonas de desarrollo energético, no aclara de forma especifica como se abordaran estos temas.

Aunque este factor puede parecer inicialmente como una debilidad, se presenta como una de las grandes fortalezas de la propuesta. Al contrario del tema económico, donde esta claro que todos deseamos energía segura y económica, en el tema ambiental es más difícil concitar consensos.

La definición de metas ambientales intrínsecamente depende de la visión de sociedad que mantienen sus integrantes, y es aquí donde la diversidad de preferencias se hacen más evidentes. Mientras algunos sostienen que lo ideal seria crecer a toda costa, otros preferirían que nuestro patrimonio ambiental se preserve intacto.

Un camino intermedio plantea el modelo de desarrollo sustentable, buscando un progreso armónico apoyado en tres pilares (económico, social y ambiental) sin desmerecer uno de estos sobre el otro. Pero, ¿Cómo definir cual es el balance adecuado? Para saber como transitar por el estrecho camino que propone la sustentabilidad, necesitamos acordar primero que criterios la definen. El acento debiera estar entonces en el proceso de discusión y su validación social. Escuchar a los distintos actores de manera efectiva, permitiría conocer cuales son estos criterios. Definidos estos criterios podemos evaluar distintas alternativas para la matriz energética, su desempeño en estas dimensiones y seleccionar la más conveniente para nuestra sociedad. Más aún, esta es la condición mínima para el desarrollo de una Evaluación Ambiental Estratégica, propuesta como mecanismo para resolver estos temas.

Sin embargo, para evaluar alternativas de desarrollo se requieren métricas y parámetros claros que sustenten los criterios acordados. Esta discusión necesariamente pasa por un análisis detallado de los impactos de este tipo de proyectos y una correcta cuantificación de externalidades (positivas y negativas). La cuantificación de externalidades permitiría determinar la perdida en bienestar social (o al menos un piso) de los impactos de la generación eléctrica.

Sin esta información, será difícil tomar una decisión razonada sobre las opciones más convenientes para el país en el largo plazo. Lamentablemente, la agenda no menciona explícitamente este tema. Seria relevante que el gobierno refuerce la construcción de este tipo de indicadores facilitando la identificación de opciones que maximicen el beneficio social.

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