Donald Trump firmó ayer la controvertida Ley de Derechos Humanos y Democracia en beneficio de los hongkoneses, respaldando explícitamente a quienes protestan desde junio pasado en las calles de la ex colonia británica.
“He firmado los proyectos con la esperanza de que los líderes y representantes de China y Hong Kong logren resolver sus diferencias de manera amigable y esto lleve a una situación de paz y prosperidad de largo plazo”, indicó Trump.
Como era de prever, su decisión enfureció a las autoridades de China, quienes consideraron esta acción como una intromisión intolerable en sus asuntos internos.
Esta ley “es una abominación absoluta y oculta intenciones siniestras. Es un acto de hegemonía pura y simple”, indicó el Ministerio de Relaciones Exteriores chino en un comunicado, en el que no especifican qué medidas podrían tomar.
“Apoyan descaradamente los actos cometidos contra ciudadanos inocentes que han sido golpeados, heridos y quemados (…) por delincuentes violentos”, agrega.
En septiembre, manifestantes de Hong Kong protestaron con banderas de Estados Unidos, instando a Donald Trump a que intervenga y “libere” a la ciudad del enfrentamiento político.
La marcha de ese entonces se realizó frente al consultado norteamericano y los asistentes tenían carteles que decían: “Resistan a Beijing, liberen Hong Kong”, “en pie con Hong Kong, luchar por la libertad” y “Presidente Trump, por favor libere a Hong Kong”.
De esta forma, la firma por parte de Trumo de la “Ley de Democracia”, amenaza con complicar aún más las conversaciones comerciales entre China y Estados Unidos, quienes habían alcanzado un preacuerdo para terminar con la guerra comercial.
