Aprovechando el reciente Día Mundial de los Animales, la organización World Animal Protection International (WAPI), lanzó una campaña de sensibilización dirigida a los turistas. El objetivo es crear conciencia respecto de lo mucho que sufren aquellos ejemplares de distintas especies que son obligados a trabajar para que sus vacaciones resulten de ensueño.
Contrariamente a lo que la gente piensa, el elefante es uno de los animales más difíciles de manejar. Por ello, mientras los viajeros disfrutan del desconocido paisaje a lomos de uno de estos grandes mamíferos, el guía que va a su lado lleva un gancho afilado y metálico para mantenerlos bajo control, produciéndoles heridas que pueden llegar a ser serias si los cortes no se curan a tiempo y de modo adecuado, explican desde WAPI, informa ABC.
La mayoría de “elefantes de paseo” tienen poco acceso a tratamientos veterinarios, por lo que el menor problema puede convertirse en uno de tamaño mayor, causándoles un “sufrimiento innecesario”, sostiene la organización.
Los elefantes son muy inteligentes y muestran un desarrollado comportamiento social, pero éste puede verse alterado debido al estrés o a un desorden post-traumático ocasionado por realizar una tarea “para la que no han nacido”, subrayan desde WAPI.
“En los campos donde permanecen recluidos se les impiden que establezcan relaciones con otros ejemplares; los cuales, además, no se encuentran en las mejores condiciones físicas y psicológicas: aislamiento, malnutrición, hacinamiento, palizas, etc.”. Además, estos los elefantes son apartados de su madre a temprana edad para iniciar su entrenamiento.