Quien hace una primaria no necesariamente gana. Eso lo deciden todos los votantes en la elección definitiva. Pero está por verse si la decisión de la oposición de no hacer primarias, puede o no terminar siendo una fragmentación irracional de su poder de votación.
Convencido de que el declive de la socialdemocracia “es una de las grandes tragedias del país”, este destacado intelectual de la derecha liberal, empresario y ex embajador de Chile ante Inglaterra, no muy dado a las entrevistas, acepta hablar con Revista D para advertir sobre el peligro que entraña el auge de los extremos y el uso del eje populista elite-pueblo; confiesa su temor por la candidatura de Jeanette Jara, marca preferencia por Evelyn Matthei y dice que la derecha de Kast “es más beata y la de Kaiser más chascona en materia religiosa... pero en el tono son lo mismo”.
El abogado y político habla de la derecha de antes y de la de ahora, de todos los candidatos a la presidencia, del futuro y del pasado de Chile y de su actual rol en El Mercurio. Pero también habla del amor junto a su mujer...literalmente. Una entrevista singular, elegante, vernácula, a ratos efervescente. Propia de dos tipos especiales: el autor y el entrevistado.
El crecimiento económico no es solo una variable técnica, es una cuestión moral. Como dijo Robert Lucas, "una vez que comienzas a pensar en el crecimiento, es difícil pensar en otra cosa".
Se aburrió. Mi amigo sabe que traiciona a su yo joven con lo que está dispuesto a hacer. Pero sabe, también, que no está solo en esta. Porque en los últimos cinco años se derrumbó por completo el eje izquierda y derecha que moldeó a la política, a la conversación e incluso a la propia identidad de los chilenos.
Acaba de cumplir dos años y medio al frente de la institución más importante de la seguridad en Chile. Y ya suma varias crisis -que él define como “meteoritos”- como el Caso Audios y la muy extraña y anormal liberación de un sicario venezolano. Golpeado, en uno de sus momentos más negros, compara la penetración del Tren de Aragua en Chile como un paciente con cáncer cuya enfermedad está ramificada. “En mi familia hace un buen tiempo que
empezamos a tomar medidas en nuestra vida cotidiana, como salir menos, volver más temprano, tener más cuidado cuando andamos en auto. Comparada con nuestra experiencia de antes, no hay duda: hay más violencia en las calles y todos tenemos temor”.