La moderación al pizarrón
Necesitamos rescatar lo mejor de ambos mundos. No es posible la política si la reducimos a una batalla entre amigos y enemigos o la encaramos con ánimo de trinchera. Pero tampoco puede existir un proyecto realmente político donde el único sello y esencia es el acuerdo como principio en sí mismo. Los acuerdos y el diálogo son dinámicas que requieren de ideas, se nutren de ellas y nacen desde ellas.