Secciones
D-Ciudad

Ciudad sueca reduce la jornada laboral a seis horas para mejorar productividad

En una suerte de “experimento laboral” esperan demostrar que estar en la pega por menos horas reducirá gastos, como en licencias médicas.

La autoridades de la ciudad sueca de Gotemburgo, han comenzado un “experimento laboral” donde se reducirá la jornada laboral a a todos los funcionarios de 8 a 6 horas diarias, con el objetivo de aumentar la productividad y disminuir los gastos al Estado.

La iniciativa impulsada por la izquierda sueca, en un país que es líder en reformas laborales a nivel europeo, busca realizar un experimento con los trabajadores contratados por el municipio de la tercera ciudad más importante del país, donde un grupo trabajará seis horas mientras el otro ocho.

De esta manera, se espera comparar los resultados y probar una opción que entregaría mayor tiempo con la familia, algo que otros estudios han determinado que mejora el ánimo de lo trabajadores, lo que queda reflejado en la productividad y eficiencia durante la jornada laboral.

Entre los resultados que se esperan, es que el grupo con menos horas pida menos licencias médicas por enfermedades como estrés y depresión.

gotemburgo

Primeras impresiones

Una de las beneficiadas es Jennie Anttila, enfermera del hogar de ancianos Svartedalens, quien dijo a la prensa local que “ha ocurrido lo que yo esperaba. Mi vida es más tranquila y agradable. Tengo más energía en mi tiempo libre y además soy más activa en mi trabajo”.

Pero no solo los trabajadores se sienten beneficiados, también los empleadores han notado los cambios tras el experimento. “La mejora en el bienestar de los trabajadores es innegable. Están menos presionados y tienen más energía. Pienso que es un buen modelo laboral”, aseveró la gerente del centro Svartedalens, Ann-Charlotte Dahlbom.

Notas relacionadas











No creo en el mejor disco del año

No creo en el mejor disco del año

Dicho eso no pretendo evangelizar a nadie. No vengo a dictar cátedra ni a levantar un tótem. Simplemente me animo, en este momento del año tan dado a los balances, a hablar de un disco. No el disco. Mi disco. El que, sin avisar, fue compañía, refugio y espejo. En mi caso, ese viaje personal tuvo nombre propio: Twilight Override, de Jeff Tweedy.

Foto del Columnista Mauricio Jürgensen Mauricio Jürgensen