Un estudio de Duke University Medical Center en Durham, en Carolina del Norte, Estados Unidos, asegura que el botox se puede utilizar para calmar los efectos de la “vejiga hiperactiva“, transtorno que hace que las mujeres interrumpan las conversaciones constantemente para ir al baño.
El uso del químico fue aprobado por la FDA en el país del norte, por lo que se comenzará a utilizar para tratar la incontinencia urinaria, lo que beneficiará a 33 millones de hombres y mujeres en Estados Unidos.
La forma de aplicar el tratamiento consiste en inyectar botox en el músculo de la vejiga para relajarlo y expandirlo, lo que aumenta la capacidad en el órgano de los pacientes.
Sin embargo, la medida podría aumentar la posibilidad de contraer infecciones en el tracto urinario, lo que han percibido en quienes recibieron el tratamiento, que aumentó considerablemente la calidad de vida de quienes se ven afectado por el síndrome.