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2 de Agosto de 2018

“Clavito” Godoy vuelve a caminar en Arica

En 1986 volvió a caminar en Arica. Ahora está de vuelta en el mismo club.

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Durante la mañana recibió un mensaje de Esteban Paredes. “Lo quiero mucho, profe”. Luego vinieron los llamados de sus ex jugadores de Santiago Morning. “Clavito” está feliz.

Tiene 77 años y camina por la cancha del estadio Carlos Dittborn junto a su fiel amigo Justo Farrán, el preparador físico que lo acompaña en este siglo. Así se divide su vida. Ha pasado por tantas etapas que vale la pena marcarlo. Lleva seis décadas en el fútbol profesional.

A su lado también está Jorge Molina con quien trabajó en 1986, la primera vez que asumió en Deportes Arica. Ahora va por la octava.

Pero la primera vez no se olvida.

Hernán Godoy ahora habla por teléfono desde el camarín. En una hora comienza el entrenamiento pero se entusiasma al recordar. “Aquí aprendí a caminar de nuevo”, dice emocionado. Pero la historia empezó mucho antes.

Clavito” debutó como futbolista en Deportes La Serena en 1958, luego pasó Wanderers y Palestino. De ahí el salto a Centroamérica: pasó Guatemala y Honduras. Regresó a Chile en 1972. Audax Italiano se convertiría en una segunda casa para él.

Aunque luego partió a Alianza de El Savador y vistió las camisetas de Trasandino, Magallanes y Unión Magadalena, volvió para retirarse en el equipo itálico.

Corría 1974 y los dolores en los tobillos no lo dejaban jugar. Entonces los directivos del club, que buscaban entrenador, acudieron a él. En realidad, primero le pidieron a Jorge Toro. “Giorgino quería seguir jugando así que le dijo a los dirigentes que él me ayudaba pero que yo dirigía”, dice. 

El “Clavo” se apoya en una memoria envidiable para repasar cada etapa de su larga carrera. En 1976 logró el ascenso a Primera División con Audax Italiano. Luego pasó por nueve equipos pero el dolor en los tobillos lo obligó a parar.

El doctor Álvaro Reyes lo operó en la clínica San Martín. “Clavito” asegura que tenía veintisiete puntos en cada pie. “Yo vivía en Los Aramos, cerca del Pedagógico y me tenía que desplazar en un carrito”. En ese proceso lo llaman de Arica.

Apenas aterrizó en Chacalluta comenzó una nueva etapa. “La azafata bajó mis muletas por la escalera de atrás”, recuerda.

El primer entrenamiento en la cancha 2 del estadio Carlos Dittborn lo dirigió descalzo. Le molestaban los zapatos, también los calcetines. Todo cambió, asegura, con el clima de Arica. En los días siguientes empezó a ir a la playa, a caminar por la arena. Por fin cicatrizaron sus heridas.

“Clavito” por fin podía trotar y patearle pelotas a los arqueros de Deportes Arica. Por eso su emoción al volver al equipo, al club en el que volvió a caminar.

La noche del miércoles estaba celebrando el cumpleaños de Justo Farrán en un restorán de comida china en el centro de la ciudad. Casi a las diez y media de la noche vio una nota de Canal 13 que recordaba su carrera. Se emocionó. Los comensales comenzaron a aplaudirlo.

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