Probablemente la adrenalina que genera el riesgo de caerse es lo que ha cautivado a muchos jóvenes a realizar el planking. Esta práctica, que consiste en acostarse boca abajo en lugares extraños y peligrosos para posteriormente subir los videos a Internet, está adquiriendo adeptos en todas las latitudes.
Pero así como gana seguidores también suma víctimas fatales. El pasado lunes un australiano de veinte años murió al caerse de un séptimo piso mientras intentaba acostarse sobre un balcón.
Según los testimonios de la policía del estado de Queensland el joven, llamado Acton Bale, “cayó trágicamente mientras realizaba esta actividad y falleció“. Todo esto sucedía mientras un amigo lo alentaba a acostarse en el balcón y le sacaba fotografías.
Precisamente una semana antes de aquel accidente, las autoridades de ese mismo estado australiano habían iniciado una campaña de advertencia sobre los riesgos de aquella práctica luego de que se descubriera a un joven realizando planking sobre un auto policial.
La historia de una arriesgada moda
Los orígenes del planking se remontan a principios de siglo, según el diario británico The Guardian, cuando dos adolescentes ingleses de doce y catorce años que estaban aburridos, comenzaron a realizarlo.
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