Desde muy pequeño Harald Helfgott estaba fascinado con las matemáticas. Con sólo 8 años, ya se preguntaba por problemas relacionados a los números que ni siquiera muchos adultos pueden imaginar.
El pequeño no se quedaba ahí y resolvía muchos de aquellos problemas que rondaban su cabeza, los que iban despertando una genialidad que llevó a este peruano a resolver una pregunta que quitó el sueño a muchos genios de los números por casi 300 años: la Conjetura débil de Goldbach.
Una conjetura que nació luego que el matemático prusiano Christian Goldbach enviara una carta a su colega suizo Leonhard Euler en 1742. En ella proponían que “todo número par mayor que dos puede escribirse como la suma de dos números primos y que todo impar mayor que cinco puede escribirse como la suma de tres primos”.
La afirmación quedaría sin respuesta por parte de los matemáticos, siendo la segunda parte de esta conjetura conocida como “débil” porque estaba incluida en la primera, que comenzó a llamarse “fuerte”.
Un problema tan complejo que “el trabajo serio para comprobar la conjetura débil comenzó a principios del siglo XX. Antes, nadie sabía ni por dónde comenzar“, dice Harald Helfgott al portal de BBC Mundo.
Es que el enunciado de Goldbachno no suena difícil, pero probarlo para todos los números impares hasta el infinito era muy complejo. Este enigma maravilló a Helfgott, lo que llevó al matemático trabaja muy duro para encontrar una respuesta. Así ya en el año 2012, estaba muy cerca de resolver la conjetura.
Fue en ese momento cuando, al verse en la recta final, tomo medidas más extremas para poder dedicar mayor cantidad de tiempo para llegar a la solución. Así, desconectó la Internet de su casa para evitar distraerse.
Además se levantaba muy temprano y se acostaba tarde para poder trabajar en el enigma, y que resolvería finalmente en el año 2013. Con un trabajo de 79 páginas, donde demostraba que la conjetura débil de Goldbach era cierta.
Según sus palabras este logro aporta “más bien las ideas o herramientas aplicadas para hallar la demostración son las que serán útiles para la teoría de números o en algunos casos fuera de ella“, explica Harald.
Un logro que sin duda lo dejará en la historia, y que lo llevará por el mundo, donde ya varias instituciones han requerido su presencia en charlas y otros proyectos. Y que además le dejará algo más de tiempo libre, a este genio nacido en Lima en 1977, que ahora espera tener más tiempo para volver a sus clases de tango y la cocina.
Mientras tanto en lo profesional, su trabajo ahora irá por está investigando sobre teoría de números en el Instituto Nacional de Matemática Pura y Aplicada (IMPA) de Río de Janeiro, Brasil.
Mientras tanto en las próximas semanas, partirá a la Universidad de Göttingen, Alemania, para dar clases y dividir los fondos de la Cátedra Humboldt, premio del cual ha sido su beneficiario más joven en obtenerlo y que se traduce en 3,9 millones de dólares, los que ahora pretende invertir en nuevas investigaciones matemáticas.
Al ser consultado sobre si intentará ahora demostrar la conjetura fuerte de Goldbach el matemático responde “Falta desarrollar herramientas, ideas para comprobarla. No creo que esté al alcance de la comunidad matemática por el momento. Probarla podría tomar otros tres siglos” finaliza Harald.
