El ex presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, fue sentenciado a 12 años de prisión domiciliaria, una pena que será de aplicación inmediata.
La decisión, que puede ser apelada por la defensa, fue adoptada por la jueza Sandra Heredia, que el lunes ya había condenada al antiguo mandatario en el caso judicial más importante en la historia reciente de dicho país.
Heredia había anunciado en su fallo anterior que el ex mandatario era culpable de fraude procesal, en dos instancias y de sobornar testigos en actuación penal, en tres instancias. En otras palabras, Uribe intentó a través de diversas artimañas burlar la justicia, en 2017 y 2018, cuando sus enviados ofrecieron beneficios a ex paramilitares con tal de que declararan a su favor en tribunales.
Sin embargo, la decisión de hoy fue sorpresiva. Primero, porque el tiempo de prisión domiciliaria para el ex presidente de Colombia es considerablemente mayor a los nueve años que había solicitado la Fiscalía. En segundo lugar, porque será de cumplimiento inmediato, sin esperar a que la condena quede en firme tras el proceso de apelación, el procedimiento usual salvo cuando la justicia considere riesgo de que el acusado se fugue.
Al ser un fallo de primera instancia, la defensa del ex presidente ya había anunciado que apelará, pasando el caso ahora a manos del Tribunal Superior de Bogotá, el cual debe pronunciarse antes de mediados de octubre para que no prescriba. A pesar de ser un breve período de tiempo, el tribunal le dará prioridad al ser uno de los casos más sensibles para la política colombiana.
“Hay que pensar mucho más en la solución que en el problema. Por eso estoy en la preparación de la argumentación para sustentar la apelación de mi defensa material“, escribió Uribe en su cuenta de X. En caso de que el tribunal mantenga el fallo, tendrá una última instancia ante la Corte Suprema de Justicia.