“Me complace anunciar que voy a nominar a Tammy Bruce, una gran patriota, como nueva representante adjunta ante la ONU, con rango de embajadora”.
Con ese mensaje, publicado en su plataforma Truth Social, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció de manera pública el nuevo rol que cumplirá la actual vocera del Departamento de Estado.
Bruce es una ex locutora de radio con un paso por más de 20 años como comentarista en FOX News. Fue también presidenta de la sección de Los Ángeles de la Organización Nacional para las Mujeres (NOW, por sus siglas en inglés) entre 1990 y 1996. Antes de su conversión política al conservadurismo, fue una de las pocas comentaristas de radio que representaba el movimiento progresista de la época.
La ex comentarista fue despedida de su trabajo radial luego de protestar abiertamente por la absolución de O.J. Simpson en 1995 y más tarde se convirtió en crítica del feminismo progresista. Desde ese entonces, se ha mostrado abiertamente en contra de los derechos de las personas transgénero.
Su salto a la fama nacional llegó durante el 2002, gracias a sus apariciones en televisión y sus escritos conservadores. En aquel año publicó su libro The New Thought Police, donde afirmaba “denunciar el peligroso auge del macartismo de izquierdas”.
Trump ha aplaudió la figura de Tammy Bruce como vocera desde el inicio de su segundo mandato en la Casa Blanca. “Ha cumplido con honores y ha hecho un trabajo fantástico“, indicó en su texto de presentación.
La representante adjunta ante la ONU desempeñará las funciones que cumple la actual titular del cargo principal, Dorothy Shea, mientras ésta se ausente de las reuniones. Sin embargo, más allá de esta medida, Shea será sustituida por el ex asesor de Seguridad Nacional estadounidense Mike Waltz, elegido por Trump como su sucesor oficial a la espera de ser ratificado por el Senado.
El difícil escenario que enfrentará Tammy Bruce en la ONU
El nombramiento de Tammy Bruce como representante de Estados Unidos ante la ONU llega en un momento álgido para los intereses estadounidenses.
La próxima Asamblea General de las Naciones Unidas, que será celebrada en septiembre, será una instancia donde múltiples países reconocerán el Estado de Palestina, dándole la espalda a Israel, aliado histórico del país norteamericano.
Uno de los últimos que anunció que se sumará a la medida fue Australia, a través de declaraciones que dio su primer ministro, Anthony Albanese.
“La paz solo será temporal” mientras los israelíes y palestinos no dispongan de sus respectivos estados permanentes, aseguró el jefe del gobierno. “Australia reconocerá el derecho del pueblo palestino a tener su Estado propio“.
La decisión de Australia va detrás de los pasos de países como Francia, Canadá y Reino Unido, que también apuntaron a la cita para reconocer a Palestina.