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Crisis política de Francia se aguda: Macron pierde a su tercer primer ministro en solo un año

Sébastien Lecornu se sumó a François Bayrou y Michel Barnier, quienes dejaron el mismo cargo en distintas circunstancias.

El primer ministro de Francia, Sébastien Lecornu, presentó ante el presidente Emmanuel Macron su renuncia al cargo solo horas después del anuncio de su gabinete. Un nuevo giro inédito de la crisis política que en la que se encuentra sumido el país, que ha perdido a sus últimos tres primeros ministros en un periodo de un año.

Apenas 13 horas habían pasado desde que Macron anunció la composición de un Gobierno en el que Lecornu llevaba trabajando desde que fue designado el 9 de septiembre, luego de la caída de su predecesor, François Bayrou. Previamente, Michel Barnier dejó el cargo a mediados de diciembre de 2024.

No se puede ser primer ministro cuando no se dan las condiciones“, explicó Lecornu a través de un comunicado acerca de su decisión. Asimismo, detalló tres razones para no seguir, como que los partidos políticos “en ocasiones fingieron ignorar el cambio“, que los mismos adoptaron “una postura como si todos tuvieran mayoría absoluta en la Asamblea Nacional” y que “la composición del gobierno dentro del núcleo común no fue fluida“.

Lecornu tenía en frente la difícil tarea de lograr la aprobación, en un parlamento profundamente dividido, de un presupuesto de austeridad para el próximo año. Tanto Bayrou como Barnier fracasaron en dicha tarea, siendo destituidos por la cámara legislativa en desacuerdo a los tres plan de gastos que presentaron los hombres que ocuparon el cargo de primer ministro en Francia.

El país galo acumula actualmente una deuda pública récord, con una relación deuda/PIB que es la tercera más alta de la Unión Europea, solo detrás de Grecia e Italia.

El nuevo episodio de la crisis política se produce pocos días antes de que el Gobierno deba presentar su proyecto de Ley de Presupuestos para 2026 al Parlamento, teniendo como fecha límite el 7 de octubre. Aunque la Constitución permite cierta flexibilidad hasta mediados de mes, dada la escasez de tiempo es cada vez más probable que se necesite una legislación de emergencia para mantener el funcionamiento y evitar un cierre de Gobierno.

Los ojos de Francia ahora se fijan en Macron. Tras ordenar públicamente a Lecornu a mantener conversaciones finales con los partidos políticos para estabilizar el país, le restan tres caminos a seguir: nombrar un nuevo primer ministro; disolver el Parlamento y llamar a una elección, una medida que podría conducir a un gobierno de extrema derecha del Agrupamiento Nacional (RN) en caso de conseguir una mayoría o una amplia minoría; o renunciar, una maniobra que ha negado en reiteradas oportunidades.

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