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Nueva función de X: cómo se destapó el fenómeno pro-Trump fuera de Estados Unidos

Generar ingreso y objetivos políticos son los principales causantes de este tipo de prácticas que influye en la esfera pública.

Una actualización implementada por X durante el fin de semana destapó que numerosas cuentas con discursos abiertamente pro-Donald Trump y con grandes audiencias no operan desde Estados Unidos, pese a que sus publicaciones y biografías así lo insinuaban, según una investigación de CNN.

La función, que permite ver el país o región donde se basa cada cuenta al hacer clic en su fecha de creación, también ofrece una opción de privacidad que solo muestra una región general, pero aun así ha dejado en evidencia el alcance de actores extranjeros en el debate político estadounidense.

El jefe de producto de X, Nikita Bier, celebró el cambio al afirmar que “es un primer paso importante para asegurar la integridad de la plaza pública global. Planeamos ofrecer muchas más formas para que los usuarios verifiquen la autenticidad del contenido que ven en X”. Apenas entró en funcionamiento, usuarios comenzaron a identificar perfiles que promovían a Trump y sus políticas, pero que operaban desde Europa del Este, Bangladesh o incluso África.

Entre los casos más notorios está MAGA Nation, con casi 400.000 seguidores, cuya biografía proclama ser “EE.UU. primero” y una “voz patriota para Nosotros, el Pueblo”, aunque su ubicación corresponde a Europa del Este. Otro perfil, llamado America First y con más de 67.000 seguidores, publicó: “¡Buenos días, X! ¡Dios bendiga a EE.UU.!” el 17 de noviembre, pero la cuenta está radicada en Bangladesh.

Muchas de estas cuentas comparten patrones: imágenes genéricas, contenido reciclado y encuestas diseñadas para maximizar la interacción, una estrategia rentable, dado que X paga a los creadores según el nivel de engagement. El propio Trump ha amplificado algunos de estos perfiles desde Truth Social, sin que ello revele su ubicación real.

El fenómeno MAGA en X fuera de Estados Unidos

Expertos consideran que esta situación no sorprende. En las elecciones de 2016 de Estados Unidos, por ejemplo, el Gobierno ruso apoyó esfuerzos para influir en el discurso político en línea a través de identidades y cuentas falsas.

Jake Shapiro, académico de Princeton, recordó en diálogo con CNN que tanto motivaciones políticas como económicas impulsan estas prácticas: “Hay personas que se suben a muchos temas diferentes que pueden atraer atención y, por lo tanto, generar ingresos, monetización y anuncios, y luego hay personas que tienen objetivos políticos“.

Más allá de la política interna estadounidense, la función también expuso cuentas operando desde Irán o vinculadas a campañas internacionales de influencia. Según Shapiro, el desafío de fondo es distinguir “qué es un humano real y qué son agentes de IA”, un problema que podría definir el futuro de las plataformas digitales.

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