El balance “verde” del primer año de Piñera

Hace un año Sebastián Piñera entró al Salón Plenario del Congreso Nacional para convertirse en el nuevo Presidente de Chile. A 12 meses de iniciada la “nueva forma de gobernar”, los balances son múltiples. Más optimistas en el caso del gobierno que hoy en el Patio de las Camelias conmemorará con un cónclave del gabinete y las fuerzas políticas de gobierno. Y, sin duda, más críticos en el caso de la oposición.

El terremoto y las labores de reconstrucción marcaron en gran medida el primer periodo de Piñera en La Moneda. Pero, asimismo, estos meses han sido fuertemente marcados por polémicas ambientales. Persigue al Presidente su promesa de campaña de promover energías limpias. Tanto es así que en agosto pasado,  sus palabras lo obligaron a dar marcha atrás al proyecto Termoeléctrico Barrancones. Después vino la aprobación de Isla Riesco y Castilla en medio de denuncias de irregularidades y presiones en el proceso.

Pero ante quienes apuntan con el dedo, el gobierno ha salido a defenserse diciendo que el modelo de matriz energética no fue diseñado en el periodo, sino que se arrastra de la administración de Michelle Bachelet, sobre cuya administración también pesan  denuncias de presiones, como aseguran los cables filtrados por Wikileaks respecto a la aprobación de Campiche. ¿Quién es más verde o quién es menos ambientalista? Aquí cinco variables para responder la inquietud, mediante el contraste en materia ambiental del primer año de Sebastián Piñera y los primeros 12 meses en el mando de Bachelet.

Tanto Sara Larraín de Chile Sustentable como Flavia Liberona de Terram evalúan negativamente este periodo. “Creo que la gestión ha sido pésima. Hay un retroceso grave y la nueva institucionalidad no está funcionando, sólo está en el papel. En definitiva hay un estancamiento en el área ambiental, retroceso en recursos hídricos y avances en dirección equivocada en agricultura… o sea, fatal”, sentencia Larraín. Liberona, por su parte, asegura que el actual gobierno ha obviado a las organizaciones y la participación ciudadana. “Las cosas las están definiendo entre el gobierno y las grandes empresas, y el resultado es sumamente peligroso”, agrega la directora ejecutiva de Terram.

En contraste, la presidenta de la Comisión de Recursos Naturales de la Cámara de Diputados, Andrea Molina, asegura que ha habido una buena gestión. “Yo he estado alineadísima trabajando con la Ministra de Medio Ambiente y viendo cada uno de los proyectos que se han ido armando“.

Por su parte,  diputado PPD, Enrique Accorsi, tiene un diagnóstico negativo tanto de la administración Bachelet como de Piñera. “Hoy día lo que está haciendo el gobierno es aprobar todos los proyectos que se habían ingresado en el gobierno anterior, y los criterios son los mismos. No hay participación ciudadana y la visión empresarial es la rige”, sentencia.

Para el senador Guido Girardi tampoco existe una diferencia sustantiva entre los gobiernos de Michelle Bachelet y Sebastián Piñera. “Creo que finalmente en Chile sigue predominando el interés económico sobre la salud de las personas. La conciencia ambiental ha crecido en la ciudad, pero en el mundo empresarial y la élite política, no tiene avance importantes”, explica el parlamentario PPD.

Para Alex Godoy, investigador del Centro para la Sustentabilidad de la Facultad de Ecología y Recursos Naturales de la Universidad Andrés Bello, asegura que ambos gobiernos han sido interesantes en las propuestas de su campaña, pero luego de Barrancones, Castilla e Isla Riesco, asegura que “si esto no cambia, el desarrollo prometido en esta administración, será un desarrollo carbonizado que sin embargo, no es más el legado de lo que se arrastra de administraciones más antiguas”.

Por otra parte, para el abogado Cristóbal Correa, experto en materias medioambientales, este año “ha sido positivo, porque han sacado adelante tareas y temas bien esenciales como la institucionalidad ambiental y la dictación de normas de calidad de aire, que creo para un año de gobierno ha estado súper bien”.