Dos más dos siempre son cuatro
No dispongo de suficiente información, pero me temo que la cantidad de cotizantes es significativamente insuficiente para que, con un aporte “solidario” o cómo se llame, realmente haya una mejora en la vida de los pensionados a quienes beneficiaría: será una gota en un vaso de agua, de por sí es miserablemente insuficiente para saciar la sed de vivir dignamente la vejez.

Tanto en la Tierra, como en el universo, un “multiverso” (si hay), o en cualquier dimensión, existencia o inexistencia hay una ley que simplemente no es cambiable: dos más dos son siempre, inamoviblemente cuatro, convirtiendo la matemática en la única ciencia absolutamente cierta. Al confirmar esto que es nada nuevo y que todo el mundo sabe de sobras, sólo quisiera referirme al ya tan fastidioso trámite de la reforma de pensiones que ocupa el tiempo hace meses de legisladores y Ejecutivo, cuyos siderales sueldos pagamos con el sudor (agudizado por las temperaturas extremas de este verano…) de nuestras frentes.
El dichoso 6% de aumento en las cotizaciones a cargo del empleador es simplemente un aumento general de sueldo con la singularidad que, en vez de depositarse en la cuenta corriente del beneficiario, se deposita en su cuenta de ahorro que no puede tocar – por ahora – hasta que se jubile. Y punto. Cabe mencionar que las empresas obviamente agregarán este extra a los costos y, por lo tanto, se reflejará en los precios.
Ahora bien: cualquier otro aumento, adicional, suplementario, ya sea 1% o 1,5% o 2,5%, ya sea que oficialmente vaya al bolsillo de quien sea, a una cuenta equis, a un fondo; que sea un préstamo que según los mismos promotores nunca se va a devolver, es simple y desnudamente un nuevo impuesto cuyo destino, una vez desaparecido en las entrañas – marañas – del fisco, no hay como seguir ni impedir que se utilicen para lo que sea. Y punto.
Si el actual Gobierno insiste que cualquier fracción de los adicionales realmente es para el cotizante, quien lo destina a algún tipo de solidaridad o lo que sea, eso es sólo la intención de darle un toque ideológico para afirmar que uno trabaja para todos y todos trabajan para uno. Linda frase, lindo sinsentido, linda apertura de una fisura para futuras intenciones doctrinarias. Ese porcentaje, tal como el 6%, también aumentará los costos y los precios de los productos finales.
El resto es cuento. Meses y meses de discusiones cuyos resultados llegan a una maraña total, incomprensible para el 99% de la población – incluyéndome – que seguramente generarán la creación de algún nuevo organismo estatal de control, distribución y qué-sé-yo, aumentando el ya totalmente insoportable tamaño de nuestra administración pública.
Poco cambiará en el nivel de vida de los pensionados hasta que no lleguemos a sueldos dignos, a que sólo un bajo porcentaje que personas coticen, a que el fisco no recaude lo que en un país desarrollado hay que recaudar; hasta que no se aumente la edad de pensionarse de acuerdo a la expectativa de vida, hasta que no haya un gran atractivo – y mínima burocracia – para la inversión. Hasta que la gente comprenda que para financiar su vejez debe ahorrar. Ahorrar mucho pues en el sistema de hoy más de una cuarta parte de su vida debe financiarse con esos ahorros.
No dispongo de suficiente información, pero me temo que la cantidad de cotizantes es significativamente insuficiente para que, con un aporte “solidario” o cómo se llame, realmente haya una mejora en la vida de los pensionados a quienes beneficiaría: será una gota en un vaso de agua, de por sí es miserablemente insuficiente para saciar la sed de vivir dignamente la vejez.
Bueno; es sólo una opinión intentando simplificar lo complicado. Y dos más dos siguen siendo cuatro.