Como “miembro prominente de una nueva generación de activistas políticos” describe el periódico británico The Guardian al vocero de la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (Cones), Moisés Paredes, en un perfil publicado hoy en su edición digital.
El medio destaca que Paredes, de 18 años, “conoce bien los costos de ser un activista”, en alusión a que fue expulsado de su liceo en 2011, por orden del entonces alcalde de Providencia, Cristián Labbé.
El artículo comienza con la participación del joven dirigente en la organización de la marcha de este miércoles, que convocó a 100.000 manifestantes en las calles de Santiago.
“Esa noche, organizó una conferencia de prensa para defender la ocupación de decenas de centros de votación antes de las primarias presidenciales del domingo. El jueves, él y sus compañeros activistas fueron despertados por la policía antidisturbios en una incursión de madrugada (…) La semana que viene, va a estar de vuelta en la escuela”, sostiene la publicación.
“Paredes es el portavoz nacional de un colectivo de estudiantes de secundaria, y miembro prominente de una nueva generación de activistas políticos que han llevado adelante una serie de protestas masivas – ayudando a hacer de la reforma de la educación un tema clave en las primarias presidenciales”.
“No he dormido en 36 horas, y sí, tengo hambre”, dice, devorando una hamburguesa con papas fritas mientras contesta una serie de llamadas telefónicas de sus compañeros líderes, estudiantiles, periodistas… y su madre.
Admite que ella todavía se preocupa por su seguridad. “Ella me dice que tenga cuidado. Al principio ella no quería que yo estuviera involucrado en las protestas. Pensaba que sería demasiado peligroso. Ella es de otra generación, de la dictadura, que todavía tienen el miedo a que la gente que se involucra políticamente luego aparezca muerta, debajo de un puente o desaparezca”, agrega el estudiante.
“Los estudiantes sostienen que la educación es un derecho fundamental, mientras que el gobierno encabezado por el presidente, Sebastián Piñera, ha definido la educación como “un bien de consumo” – y la distancia entre esas dos posiciones ha cambiado poco durante el transcurso de los dos años que lleva este movimiento de protesta.
“Paredes describen al presidente – que está clasificado por Forbes como la 589ª persona más rica del mundo, con un patrimonio neto de US$ 2,5 mil millones – como un “hombre de negocios intransigente” que ha vendido a Chile a los intereses económicos de una pequeña elite”.
“Es abismal que alguien como él pueda tener tanto dinero y otros no tienen un techo o las necesidades más básicas como la educación pública”, sostiene Paredes.
