Secciones
País

Los detalles de los negocios del Rey de Meiggs y cómo incrementó rápidamente su fortuna

Un familiar cercano de José Reyes, conocido como Rey de Meiggs, explicó cómo pasó de ser un “toldero” de calle a prestar millonarias sumas de dinero.

Con el paso de los días, siguen surgiendo nuevos antecedentes sobre el asesinato de José Felipe Reyes Ossa, más conocido como Rey de Meiggs, quien era comerciante y prestamista informal.

Bajo este contexto, un familiar cercano de Reyes dio a conocer cómo nació la fortuna del comerciante, quien pasó rápidamente de ser un vendedor ambulante a un conocido prestamista del Barrio Meiggs.

Sumado a ello, detalló el modus operandi de los préstamos que hacía y la forma en que uno de ellos terminó en manos de Wilson Verdugo, cuya deuda habría motivado al asesinato que llevaron a cabo tres sicarios venezolanos en junio pasado en la comuna de Ñuñoa.

El Rey de Meiggs partió trabajando como “toldero” en la calle, y tras ello, comenzó a adquirir containers provenientes de China con el objetivo de vender los productos al por mayor a los mismos comerciantes del sector.

De acuerdo al familiar de Reyes, así aumentó sus ganancias de manera exponencial. En paralelo, el comerciante tenía otro negocio que lo ayudó a incrementar aún más sus ingresos: los préstamos informales, cuya actividad lo hizo ser reconocido entre los vendedores del sector.

En conversación con CHV Noticias, sostuvo que las ganancias aumentaron por el alto cobro de intereses. “Él prestaba plata, pero no era una prestamista que anduviera con pistola“, explicó.

Bajo este contexto, José Reyes no solo realizaba préstamos, sino que también accedía a ellos por medio de terceros.

“A él le pasaban plata otros tipos también (…) los chinos le pasaban plata y le pasaban algunos que venden otro tipo de cosas. Como tiene mucha plata, y él era conocido, ahí se arreglaban entre ellos“, afirmó.

Notas relacionadas








Vuélveme a querer

Vuélveme a querer

El extraño caso de Cristian Castro es, finalmente, el de un artista que perdió el centro, vagó por los bordes y regresó sin pedir permiso. No volvió a través de un hit nuevo ni de una estrategia de marketing: lo hizo mediante algo más simple y más raro -una autenticidad torpe, luminosa e irresistible, respaldada por una carrera que, vista desde hoy, nunca dejó de importar.

Foto del Columnista Mauricio Jürgensen Mauricio Jürgensen