“Cómo se llamaban. Quién los quiso. Quiénes eran. Con qué soñaban. De qué murieron. Alguien echó de menos a esos niños. Yo siento impotencia. Sentimos impotencia. Me importa. Nos importa. A mí me da rabia. Nos da rabia. A mí me duele. Nos duele profundamente.
Como chileno, como mamá, como papá, como ciudadano, como ser humano. No los vamos a olvidar. Para nosotros no son un número. Queremos dignidad para los niños y jóvenes más vulnerables de Chile. Estamos de duelo. Les pedimos perdón y exigimos dignidad para los que siguen ahí. Ahora, no mañana, hoy.
Un minuto de silencio por los niños”.