Luego de que el senador Manuel José Ossandón lo pusiera entre la espada y la pared al condicionar el apoyo a su campaña con propuestas en educación, Sebastián Piñera cambió su postura y aseguró que “vamos a avanzar en gratuidad”, conforme a la propuesta del parlamentario de un acceso universal a la educación superior.
“Dependerá del crecimiento de la economía. Si seguimos con un crecimiento de 1,5% todo se va a ser más difícil”, afirmó el candidato presidencial, sin dar plazos específicos ni ahondar en la propuesta.
Este giro en la campaña ha sido criticado por la Nueva Mayoría. Una de las voces más duras fue la de la diputada Camila Vallejo, quien calificó de “ridícula” la medida del abanderado de Chile Vamos. “Nos parece un acto de desesperación, de oportunismo electoral”, aseguró.
El escepticismo nace por la postura contraria que ha tenido históricamente Piñera frente a la gratuidad. De hecho, hace sólo un mes, el candidato de Chile Vamos se había negado a la posibilidad de extender el beneficio durante un eventual gobierno.
“La gratuidad universal cuesta entre 4 mil y 5 mil millones de dólares. El país no tiene ni tendrá esos recursos. Entonces, el que promete gratuidad universal cuando quedan ocho meses de gobierno y que no va a tener que asumir ese compromiso, está engañando a ese país”, afirmó Piñera el pasado 24 de octubre en el programa radial “Estación Moneda”.
Agregó: “Si yo dijera lo que muchos quisieran, que sí, que vamos a ir a la gratuidad universal, eso significa comprometer todos los recursos a una solo causa: el financiamiento de la educación”
