Todo a partir de una denuncia anónima ante la Corporación Nacional Forestal (Conaf) en La Unión (región de Los Ríos) que permitió descubrir que se cortó el alerce más grande en la historia de este sector.
El pasado 1 de octubre llegó la denuncia, en la que se indicaba que al interior del fundo “El campanario”, cerca al sector de La Unión, había madera de alerce cortada ilegalmente.
La Conaf, en conjunto con la Policía de Investigaciones (PDI), descubrieron que correspondía a un fundo donde estaba emplazado un taller dedicado a la fabricación de ataúdes, cuyo propietario es también dueño de una funeraria en Río Bueno.
Los fiscalizadores detectaron cerca de 250 pulgadas de madera de alerce, ya cortada en sus tamaños correspondientes, entre las cuales incluso se pudo encontrar madera verde y grandes trozos, llamados basas, según describe El Mercurio.
Ninguna de las personas que fueron encontradas en este taller pudo explicar la procedencia de la madera, lo que motivó una investigación más en profundidad de la Conaf y de la PDI.
Con la madera, la que ya fue decomisada, comenzó un operativo de mayor envergadura, que consideró una superficie de 3 mil hectáreas de terreno, que incluyó sitios aledaños al Parque Nacional Alerce Costero, a 54 kilómetros de La Unión y famoso por sus bosques de alerces milenarios.
En un terreno particular, tras varios días de investigación, el equipo encontró en un terreno de un articular, indicios de 14 alerces cortados, los que poseían tamaños entre 24 y 110 centímetros de diámetro. El último espécimen tenía una edad aproximada de 1.100 años.
En ese lamentable sentido, se descubrió la tala no autorizada de coihue, canelo, trevo, tineo, ulmo y meli, entre otras especies de bosque nativo. Su volumen en total alcanzaría las 6 mil pulgadas.
Gerardo Contreras, a cargo de Fiscalización y Evaluación Ambiental de Conaf en Ranco, detalló que al encontrar el alerce en el fundo “El Campanario”, se ratificaron las sospechas respecto de ese terreno, que estaba muy próximo al parque nacional, ya que allí se detectaron talas anteriores entre 1999 y 2005.
La madera que estaba considerada para los ataúdes tenía dimensiones de 2,5 metros, lo que coincide con los cortes que se detectaron en los árboles cercanos al Parque Nacional.
Estos hechos, según Contreras, apuntarían a eta funeraria, “ya que encontramos restos de alerce con las mismas dimensiones que la que hallamos en el taller. Es decir, todo indica que esta madera la utilizaba esta funeraria. Además, no acreditaron que la madera que tenían tuvo un origen legal”. Luego, precisó que no es posible descartar aún encontrar un alerce cortado.
