En supermercados europeos cobran por su uso. Ello como una forma de desincentivar que las personas utilicen uno de los productos más innecesarios y contaminantes de la vida moderna: las bolsas de plástico. Su masificación a nivel mundial -dado que, contrario a lo que hace Europa, en varios continentes es gratis- ha provocado contaminación de ecosistemas naturales.
Dicho producto proviene del petróleo y por esa razón es que tardan más de medio siglo en degradarse. La consecuencia más nefasta: polución en los océanos y muerte de diversas especies.
Cuando Senegal sacó algunas cifras al respecto se llevó una gran sorpresa: cada día se usaban cerca de 5 millones de bolsas de plástico. Y para revertir ese escenario el país africano tomó una medida radical: eliminar su circulación en todo el país.
La ley, que fue aprobada en abril del año pasado, prohíbe la producción, importación, venta y distribución de las bolsas de plástico. En caso contrario, la persona se expone a una multa de 33 mil dólares y una pena de seis meses de prisión.
En todo caso, Senegal no es el primero en impulsar la medida. Malí, Mauritania, Togo, Costa de Marfil, Burkina Faso, Guinea Bissau y Níger también prohibieron usar bolsas de plástico y sin ir más lejos en Pucón, sur de Chile, la iniciativa rige desde 2014.