Chile es el país que más basura genera por habitante, llegando a la cifra de 51 kilos por persona al año. Sólo en la Región Metropolitana hay más de 70 vertederos ilegales con alta presencia de plástico, y cerca de una quinta parte de estos vertederos se encuentran en riberas de ríos que luego desembocan en el mar, según cifras reveladas por Greenpeace.
Respecto a esos números y la nueva ley de eliminación de bolsas plásticas, Soledad Acuña, vocera del movimiento Chile Sin plásticos de Greenpeace indica: “La entrada en vigencia de esta ley es un avance que por un breve instante nos posicionó como cabeza de serie en Sudamérica como primer país en eliminar las bolsas plásticas, pero Perú se adelantó al aprobar una ley para eliminar los plásticos de un solo uso”.
Con ese antecedente, “ahora seguimos liderando el ranking como país con mayor generación de basura en América Latina. Este triste récord lo debemos eliminar con un gobierno que siga el ejemplo de países como Perú o como la Unión Europea”.
En diciembre pasado el Congreso de Perú aprobó por unanimidad, un plan para la prohibición de las bolsas plásticas y agregó también: cubiertos plásticos, bombillas y envases de plumavit.
Hace algunas semanas, la Ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, advirtió que el gobierno está pensando en metas de recolección y valorización que se van a establecer para el plástico como medida para solucionar uno de los problemas más importantes que afectan al país.
Ante este anuncio, la representante del movimiento Chile sin Plásticos de Greenpeace enfatiza que: “El plástico demora 400 años en degradarse, y el reciclaje en Chile es insuficiente para lograr acabar con la crisis en la magnitud actual. Menos del 12% del plástico se ha reciclado en nuestro país, por lo que estamos lejísimos de una meta satisfactoria a la altura de la urgencia del desafío, sin contar las dificultades que tienen los gobiernos locales para lograr aumentar el reciclaje”.
Y agrega: “Por otro lado, la incineración, promovida por algunos actores, resulta nefasta ya que aparte de su enorme contaminación, no ataca el problema de raíz que es la cultura de usar y tirar, con lo cual el reciclaje no se hace cargo del problema en su origen, pues se ocupa de la disposición final del residuo, no ataca la generación del mismo ni la producción del material. La fórmula es eliminar los plásticos de un solo uso”.
