“Me pregunté, actualmente es tu vida sexual tan estimulante. Mi respuesta fue ‘No’. Me di cuenta que incluso cuando experimentaba placer, no estaba realmente entusiasmada con mi vida sexual. De hecho, me pareció que recurría a esta actividad porque eso era lo que todos los demás estaban haciendo. Así que decidí darme una pausa, para recuperar el verdadero deseo”
Así comienzan las reflexiones de Sophie Fontanel, publicadas por el The New York Times y que entrega las claves de un proceso de re-sensibilización, que, a diferencia de lo que pueda pensarse, implica descubrir nuevas formas de experimentar el placer olvidadas por nuestros sentidos ante tanto estímulo de un solo tipo.
“Por momentos me producía placer simplemente observar el cuello de un hombre, o escuchar una voz. Y hablo de libido, créanme. Era deseo. Pero la sociedad no reconoce este tipo de felicidad. ¡Era demasiado! He aprendido que la mayoría de las personas sobretodo quieren probar que son sexualmente funcionales, y no más. Extrañamente les da pena admitir que están solos en sus camas, algo que yo descubrí que puede ser inmensamente placentero”, señala la mujer.