Con la intención de prevenir diferentes problemas de salud en sus ciudadanas (y por qué no ciudadanos) las autoridades rusas, prohibieron el uso de lencería con encaje sintético.
De acuerdo a la información publicada por ABC, las medidas, que también fueron adoptadas por Kazajstán y Bielorrusia, también prohiben la producción y comercialización de esta masiva ropa interior, que en la región es usada por el 90 por ciento de las mujeres.
Muchas mujeres y marcas de topa interior ya han reaccionado protestando y, como es ya tradicional ver en ese país, han sido reprimidos por la policía.