Secciones
Mujer

Las razones de peso que tiene Mariana Loyola para no dejar que sus hijas escuchen reggaeton

La actriz le prohibió a sus hijas escuchar este tipo de música, sobre todo después de las noticias de femicidios que han conmocionado al país en los últimos meses.

Mariana Loyola, actriz recordada por sus papeles en teleseries como Soraya en “Machos” (Canal 13) o de Topacio Peralta en “Amores de Mercado” de TVN (que actualmente se emite al mediodía), fue la protagonista de la sección Manifiesto de esta semana en el diario La Tercera.

Allí se sinceró respecto a temas sobre su infancia en Talca, del impulso que le dio su madre para estudiar actuación, analizó la victoria de Evelyn Matthei en Providencia asegurando que “lo que más me hizo doler la guata fue escuchar en el comando de Matthei los gritos de: “Pinochet, aquí estamos otra vez””.

Por otro lado, se refirió a las diferencias de sueldo que reciben actrices y actores en televisión: “Ganamos la mitad de lo que gana un actor. Si un rostro hombre gana 20, la mujer gana 10. Aunque los papeles sean igual de protagónicos”.

Pero hubo una declaración bastante particular en el artículo que llamó la atención y tiene que ver con que sus hijas escuchen reggaeton, sobre todo después de los brutales casos de femicidios que han sacudido a nuestro país en los últimos meses.

“En mi casa les prohibí a mis hijas escuchar reggaetón por las letras. Llegó un minuto en que me pareció ridículo ver las noticias sobre femicidios y al mismo tiempo escuchar esas canciones que denigran a la mujer”, sostuvo la actriz.

A ello, agregó que “mi hija menor alegó un poco. Soy súper estricta en esos temas. A ellas les digo que ningún amigo las puede tratar mal, a la primera, chao. Porque después del garabato viene el combo y después la violación. Las educo para que tengan tolerancia cero al machismo”.

Notas relacionadas










Vuélveme a querer

Vuélveme a querer

El extraño caso de Cristian Castro es, finalmente, el de un artista que perdió el centro, vagó por los bordes y regresó sin pedir permiso. No volvió a través de un hit nuevo ni de una estrategia de marketing: lo hizo mediante algo más simple y más raro -una autenticidad torpe, luminosa e irresistible, respaldada por una carrera que, vista desde hoy, nunca dejó de importar.

Foto del Columnista Mauricio Jürgensen Mauricio Jürgensen