Jean Van de Velde está lejos de ser un golfista muy conocido. Tiene dos títulos en el Tour Europeo y jugó dos temporadas con los mejores, en el PGA Tour.
Pero el francés se hizo, muy a su pesar, mundialmente famoso en 1999. Estaba jugando el Open Championship, y al último día llegaba con una ventaja de cinco tiros, por lo que todo hacía parecer que se quedaría con el título.
Su panorama era óptimo incluso en el último hoyo de la jornada: llevaba tres tiros menos que su más cercano perseguidor, por lo que con un doble bogey aún levantaba la corona.
Pero pasó lo que nadie esperaba, y de una forma más que particular. Salió pésimo, y su segundo tiro fue aun peor. De ahí en más, la tragedia. Su tercer palo se fue ¡al agua!, y no encontró nada mejor que sacarse los zapatos, los calcetines e intentar golpear la pelota desde ahí.
Ante la incrédula mirada del público, se arrepintió, y le dejaron la pelota de nuevo en la maleza. Ahora levanta la vista, golpea la bola y la mete ¡en la trampa de arena! Luego, otro golfista sale de la arena de forma perfecta y termina el hoyo con un birdie.
Van de Velde no. Pero logra el último putter -terminando con triple bogey- y llevando el torneo a desempate, donde, obviamente, pierde. En este video está toda esta triste historia.
