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17 de Octubre de 2020

Cómo el estallido social impactó al fútbol chileno

La suspensión del torneo, la salvación de la U del descenso y el rearme de la oposición al directorio de la ANFP fueron algunas de las consecuencias directa de las protestas.

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Este 18 de octubre se cumplirá un año del estallido social, acontecimiento que marcó varias actividades de la sociedad, entre ellas el fútbol chileno.

La activa participación de las barras bravas, la postura de los jugadores frente al conflicto, las amenazas de no retomar la “normalidad” de la actividad y un campeonato inconcluso fueron algunas de las consecuencias de las protestas, la que se extendieron en otras situaciones que se desencadenaron con el correr de los meses.

En lo deportivo, el impacto de las movilizaciones implicó la salvación de uno de los equipos más populares del país, el que estuvo cerca de descender a Primera B. En lo dirigencial, la paralización de los encuentros en todo el país permitió que los opositores a la mesa directiva de la ANFP rearmaran una estrategia para generar un cambio.

La suspensión del fútbol

El 22 de noviembre, y tras una serie de intentos de retomar la actividad tras la declaración de estado de emergencia en todo el país, la Primera División intentó retomar sus partidos con un duelo entre Unión La Calera y Deportes Iquique en el Estadio Bicentenario de La Florida. La experiencia fue un fracaso, ya que un grupo de barristas de Colo Colo llegó al lugar para boicotear el encuentro.

Lo ocurrido en aquella jornada complicó a los directivos del fútbol chileno y llevó a que el Sindicato de Futbolistas Profesionales (Sifup) tomara la dura postura de no volver a jugar mientras no se garantizara su seguridad en medio del estallido social.

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El consejo de presidentes de la ANFP que definió el término de la temporada 2019. (Foto: Agencia Uno)

El día 29 de ese mismo mes, el Consejo de Presidentes de la ANFP decidió cerrar las temporadas de Primera División, Primera B y Segunda División Profesional. Aquello permitió que Universidad Católica se proclamara como campeón y que la Universidad de Chile no descendiera a la segunda categoría.

La decisión provocó los primeros enfrentamientos entre los dirigentes, especialmente de los elencos del ascenso, quienes reclamaron por no recibir su premio de final de temporada. Días después se decidió dar el título de Primera B a Santiago Wanderers y definir una liguilla de ascenso, la que se jugó en enero.

El inicio de la temporada 2020 -antes de la suspensión por la pandemia del coronavirus- también estuvo marcada por el estallido social, especialmente luego de la muerte del hincha de Colo Colo, Jorge Mora, quien fue atropellado por un carabinero en las afueras del Estadio Monumental. Debido a esto se registraron graves incidentes y suspensiones de los encuentros entre Coquimbo Unido y Audax Italiano, además del clásico entre los albos y Universidad Católica.

El rearme de la oposición

La forma en la que el fútbol chileno enfrentó el estallido social también derivó en consecuencia dirigenciales, debido a que los enredos a la hora de tomar decisiones impulsaron los movimientos de los opositores al entonces presidente de la ANFP, Sebastián Moreno.

El club que lideró el bloque de oposición dura fue Unión Española, que encabezó todos los reclamos luego que se decidiera otorgar el cupo de Chile 4 a Copa Libertadores a Universidad de Chile. Otro elenco que se alzó contra la mesa directiva fue Unión San Felipe, que se sintió perjudicado con la puesta en marcha de la liguilla de ascenso que se desarrolló en el verano.

La extensa pausa por la pandemia del COVID-19 llevó a que estos clubes, junto con otras instituciones como Audax Italiano y Deportes Valdivia, entre otras, iniciaran una coordinación para pedir un cambio total en la directiva de Moreno, la que entró en crisis luego de la renuncia masiva de sus representantes.

El presidente del balompié nacional quedó solo y con pocas opciones de maniobra frente a la arremetida opositora. Frente a esto negoció los términos de su salida, estableciendo su permanencia interina hasta finales de julio de 2020, cuando se realizaron las elecciones.

El ganador de los comicios dirigenciales fue el ex intendente de la Región del Maule, Pablo Milad, quien se alzó con la victoria con varios clubes que inicialmente apoyaron a Moreno. El triunfo se concretó en medio de los reclamos de los mismos equipos opositores, quienes acusaron supuestas irregularidades por el voto a distancia.

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