Secciones
Mundo

Indignados 15-O: unos 10.000 manifestantes marchan en Alemania contra el BCE

Un poderoso contingente policial se desplegó por las inmediaciones de la Puerta de Brandeburgo y la vecina sede del Parlamento, el Reichstag, para impedir que los manifestantes se acercaran a esas dependencias institucionales.

Unos 5.000 manifestantes se manifestaron hoy por el centro de Fráncfort en dirección a la sede del Banco Central Europeo (BCE), mientras en otras ciudades alemanas, como Berlín, y Múnich se registraron asimismo marchas multitudinarias secundando la jornada global de protesta contra el poder bancario.

La marcha en la capital financiera de Alemania había sido convocada por el movimiento antiglobalización ATTAC, entre otros colectivos, y de acuerdo al modelo del movimiento de protesta de EEUU “Occupy Wall Street”.

La manifestación hacia la sede del BCE arrancó a las 10.00 GMT, con intención de llegar a su objetivo hacia las 15.00 GMT.

La marcha iba encabezada con pancartas con lemas como “Están especulando con nuestras vidas” y decenas de carteles con frases como “Están malversando nuestro futuro”.

Mientras, en Berlín, otra columna similar de otros 5.000 manifestantes avanzó desde la Alexanderplatz hacia la Puerta de Brandeburgo, por la céntrica avenida Unter den Linden y con intención de concluir en una concentración ante la sede de la Cancilleria alemana hacia media tarde.

Un poderoso contingente policial se desplegó por las inmediaciones de la Puerta de Brandeburgo y la vecina sede del Parlamento, el Reichstag, para impedir que los manifestantes se acercaran a esas dependencias institucionales.

Otras marchas parecidas discurrieron asimismo por ciudades de todo el país como Colonia, Múnich, Hamburgo, Hannover y Stuttgart.

Notas relacionadas







En compás de espera

En compás de espera

La pregunta no es solo qué QUIERE hacer Kast, sino qué PUEDE hacer Kast en un país con una historia reciente de trauma autoritario, con Fuerzas Armadas vigiladas por la memoria, con una sociedad civil alerta y con un sistema político que, aunque erosionado, no está dispuesto a suicidarse sin resistencia.

Foto del Columnista Patricio Fernández Patricio Fernández