Muchas teorías han abarcado el fin de la civilización maya, pero ninguna ha llegado a una conclusión realmente determinante que indique la verdadera razón del declive de uno de los grandes imperios de América Latina. Sin embargo un nuevo estudio realizado en lo que los científicos llaman “El Gran Agujero Azul”, tendría la respuesta a esta interrogante.
Según consignó el sitio Live Science, se trata de un pozo de 125 metros de profundidad rodeado de arrecifes de coral y que en la temporada de tormentas acumula el exceso de agua y sedimentos de ríos y arroyos cercanos, lo que habría determinado que los mayas desaparecieron debido a una gran sequía de un siglo de duración.
Si bien estos resultados refuerzan una de las tantas teorías que existían al respecto, fueron los minerales extraídos de esta famosa cueva los que reflejan que durante los años 800 d.C. y 900 d.C. se produjo este fenómeno climático justo cuando los mayas se desintegraron.
Para sustentar esta teoría, los equipos de investigación señalaron que tras perforar los núcleos de los sedimentos en el “Gran Agujero Azul” se dieron cuenta que durante las tormentas, el exceso de agua transcurre de los ríos y arroyos, rompe los muros de contención y se deposita en una capa delgada en la parte superior de la laguna. Ahí, todos los sedimentos de estas corrientes se depositan en el fondo de la laguna, acumulándose en la parte superior y dejando un registro cronológico del clima histórico.
“Es como un gran cubo. Es una trampa de sedimentos”, dijo Andrée Droxler, uno de los impulsores de la investigación.
Así, la falta de agua y la falta de comida habrían generado grandes hambrunas y disturbios sociales, lo que habría generado el fin de la civilización.
