Los 7,8 grados de magnitud fueron suficiente para destruir las antiguas construcciones de uno de los países más pobres del mundo, en las puertas de los Himalayas. Hasta ahora se ha informado que el movimiento sísmico dejó 4 mil muertos, y más de 8 millones de afectados, muchos de ellos si hogar.
Las informaciones de prensa afirman que miles de personas de capital Katmandú, debieron pasar su tercera noche a la intemperie, principalmente por el temor a volver a sus casa las cuales están en peligro de derrumbarse.
Además, entre los edificios destruidos se encuentran varios que han sido nombrados Patrimonio de Humanidad por la Unesco. Entre estos se encuentran numerosos templos y estatuas construidos entre los siglos XII y XVIII.