La noche del 13 de noviembre, Laura Croix era una más en la sala de conciertos Bataclan en París, disfrutando del concierto de los Eagles of Death Metal cuando un grupo de yihadistas irrumpió causando la muerte de 80 personas.
Laura fue uno de los centenares de heridos luego de recibir seis impactos de bala en el pecho, abdomen, piernas. La más complicada fue la que se quedó alojada entre su corazón y pulmones, por lo que tuvo que ser operada en varias ocasiones.
Su condición era de extremo cuidado, por lo que hace dos semanas los médicos decidieron ponerla bajo un coma artificial.
Finalmente, Laura despertó venciendo de esta manera a la muerte, siendo bautizada como la “mujer milagro”. Lo primero que quiso saber fue qué había pasado. Su hermano Sebastien realtó al Sunday Times que ella “tiene pesadillas terribles, sabe que mucha gente murió y hace muchas preguntas”.