Micaela Ortega llevaba cerca de un mes desaparecida cuando encontraron su cuerpo. La niña de 12 años había salido sola de la casa de sus papás, ubicada en Bahía Blanca, al sur de Buenos Aires, Argentina. Solo ella sabía que iba a juntarse con otra niña, una nueva amiga que había conocido por las redes sociales.
Sin embargo, todo fue un engaño. Así lo confesó Jonathan Luna, de 26 años, el autor del delito: se creó una cuenta de Facebook, se hizo pasar por una preadolescente de 12 años y así conoció a Micaela. En su declaración, Luna dijo: “la maté porque no quiso tener relaciones sexuales conmigo”.
El joven era un convicto prófugo y era dueño de numerosas cuentas falsas de Facebook, a través de las cuales conocía a niñas menores de edad. Tras verse acorralado y luego que su propia pareja lo reconociera en un video caminando junto a la menor, Luna confesó y llevó a la policía al lugar donde estaban los restos de Micaela.
“La encontraron con las manos atadas, las piernas cruzadas, con la misma ropa con la que se había ido de su casa”, señaló el secretario de Seguridad de Bahía Blanca, Emiliano Álvarez. Una vez encontrado el cuerpo, cientos de vecinos realizaron una marcha para reclamar justicia. Otro grupo más pequeño incendió la casa del acusado en un lugar humilde de Bahía Blanca.