Las personas que soliciten vivir o trabajar en Estados Unidos ahora serán examinadas por actitudes “antiestadounidenses”, incluyendo una revisión de sus redes sociales, según anunciaron autoridades norteamericanas en un endurecimiento de las restricciones que ha alarmado a los defensores y abogados de inmigración.
Los funcionarios de inmigración podrán analizar si los solicitantes han mantenido “alguna participación en organizaciones contra EE.UU. o terroristas” o si existe alguna “evidencia de actividad antisemita“, según la actualización de la política del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés).
La investigación de las redes sociales, ya introducida en junio por la administración Trump en los controles de inmigración, se ampliará para incluir búsquedas de cualquier “actividad anti-EE.UU.”, indica el escrito.
Se trata del último paso en los esfuerzos estadounidenses para disuadir la llegada de inmigrantes y estudiantes internacionales. Solo en este año, el Departamento de Estado ha revocado más de 6.000 visas de estudiante, instruyendo en junio a las embajadas y consulados a examinar a los solicitantes para detectar “actitudes hostiles hacia nuestros ciudadanos, cultura, gobierno, instituciones o principios fundadores”.
“Los beneficios de Estados Unidos no deberían otorgarse a quienes desprecian al país y promueven ideologías antiestadounidenses“, indicó el vocero del USCIS, Matthew Tragesser, en un comunicado de prensa.
Si bien no se definieron de manera concreta las actitudes “antiestadounidenses”, se aclaró que serán consideradas como tal aquellas que apoyaban “el terrorismo antisemita, las organizaciones terroristas antisemitas y las ideologías antisemitas“.
El anuncio rápidamente generó confusión y alarma respecto a lo que se considera “antiestadounidense”. En diversos foros en línea, usuarios temían que la vaguedad del texto y la falta de una definición clara entregaran a los agentes de inmigración la facultad de tomar medidas más severas, sin importar si efectivamente existe una amenaza real en la inmigración.
“El término (antiestadounidense) no tiene precedentes en la ley de inmigración y su definición depende enteramente de la (administración) Trump“, dijo Aaron Reichlin-Melnick, miembro senior del Consejo Americano de Inmigración, en su cuenta de X, demostrando que la medida no tiene límites claros.