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15 de Julio de 2016

Superando la desconfianza con transparencia

Para superar el desconocimiento de las labores de cada organización se hace imperioso la comunicación, y esta es una herramienta potente y eficaz. No perdamos la oportunidad de convertirnos en socios de las personas, de apalancar recursos desde las empresas y de ser eficientes y eficaces colaboradores del Estado.

Por Alejandra Pizarro
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Alejandra Pizarro es Directora Ejecutiva Comunidad de Organizaciones Solidarias

Durante estos últimos tres meses me ha tocado participar en diferentes presentaciones de estudios relativos al papel que organizaciones de la sociedad civil cumplen en cada área de trabajo, lo que ratifican la importancia de cada una de ellas en el desarrollo del país.

Uno de esos estudios fue “Organizaciones de la Sociedad Civil ¿Cuánto las Valoramos en Chile?”, del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica, en mayo. Una de las conclusiones del estudio fue que casi la totalidad de la población chilena distingue al menos una organización específica del tercer sector; y que, por el contrario, menos de un cuarto ha escuchado el término “Organizaciones de la Sociedad Civil” y que las OSC más conocidas por los chilenos son las que operan a nivel local, como los bomberos, juntas de vecinos o asociaciones deportivas.

A principios de junio, conocimos “Fundaciones y Filantropía en Chile” de IM Trust; gracias al cual sabemos que, por ejemplo, alrededor de 3000 trabajan en pobreza. En cuanto a las donaciones, el 58% de las personas piensan que las donaciones de los empresarios son bajas o muy bajas; el 53% piensa que las empresas donan poco o muy poco. Un alto porcentaje de personas no tiene claro a quién le corresponde donar: las personas, las empresas o ambos.

Y a fines de ese mes, se lanzó “Mapeo de Filantropía e Inversiones Sociales”, de la UAI, un futuro estudio que incluirá a fundaciones filantrópicas, inversiones sociales empresariales, entre otras. En su presentación, Leonardo Moreno, miembro del directorio de la Comunidad de Organizaciones Solidarias abordó el tema de la desconfianza hacia las organizaciones de la Sociedad Civil.

Él tiene toda la razón: por ahí va la cosa, porque estos estudios son síntomas de un fenómeno más grande, que nace de un clima generalizado en el país de desconfianza hacia las elites y que también golpea a las organizaciones de la sociedad civil . Lo vemos todos los días en los noticieros y diarios, y, en lo que a la Comunidad le concierne, apunta directamente a la fe de las personas en las organizaciones de la Sociedad Civil. ¿Cómo funcionamos y administramos nuestros aportes? Y lo más relevante: ¿cómo nos financiamos? Estamos bajo una lupa social atenta tanto a lo que hacemos como a lo que decimos que hacemos.

El escrutinio social que se nos hace tiene fundamento. Algunos aún recuerdan a la Corporación Niño Agredido, por ejemplo, o las donaciones telefónicas, y se preguntan si su aporte realmente va a parar donde los responsables les dijeron o al bolsillo de alguien. Algunos usos políticos han manchado comunicacionalmente el nombre de fundaciones que funcionan perfectamente. Algunos acontecimientos públicos, como la muerte de niños en centros del Sename, llevan a la gente a preguntarse qué hacemos efectivamente frente a eso.

No podemos desconocer que tenemos un tremendo desafío por delante y es lograr que este clima se aclare. ¿Cómo lograrlo? El camino es la transparencia y demostrar que somos capaces de autorregularnos.
Con esos objetivos en mente, dentro de la Comunidad desarrollamos la FECU Social, un instrumento inédito e integral en Chile y en la región, siendo su objetivo darle un marco uniforme al concepto “memoria y balance” que desarrolla cada organización. Que podemos tomar este tema y presentarle a la sociedad, de forma completamente profesional, una cuenta pública única, que estandariza la información reportada por las organizaciones de la sociedad civil; y que, al margen de su tamaño, entrega información exhaustiva de la gestión de las organizaciones, tanto de su desempeño financiero como de gestión. Que este instrumento sea público, pone a disposición de la ciudadanía información valiosa, que les permite conocer a las organizaciones de este sector, así como tomar decisiones más informadas a la hora de realizar aportes.

La herramienta fue desarrollada en 2012 en conjunto con PwC, año en el que participaron, a modo de piloto, 20 organizaciones miembro de la Comunidad de Organizaciones Solidarias. En 2015, se emitieron 55 FECUs Sociales, y se espera que este año la cantidad se triplique.

Para superar el desconocimiento de las labores de cada organización se hace imperioso la comunicación, y esta es una herramienta potente y eficaz. No perdamos la oportunidad de convertirnos en socios de las personas, de apalancar recursos desde las empresas y de ser eficientes y eficaces colaboradores del Estado.

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