Chile va a crecer este año al 1,5 % y el año 2017 al 2.1% proyectado. Y lamentablemente el fantasma de la recesión está presente en nuestra economía. Las principales razones que se esgrimen son la baja en el precio del cobre, baja en su producción y la caída en el consumo interno. También ha caído estrepitosamente la inversión y se ha aumentado el gasto público. Pasamos de un superávit del 0.5 el año 2013 a un déficit del 3% el año 2016.
Si bien hay factores externos que pueden explicar esta desaceleración, el resto del mundo crecerá a tasas cercanas al 2.5% y al 3.5%. Incluso la Unión Europea que no pasa por su mejor momento crecerá al 1.9%.
El gran problema interno es que el gobierno de Bachelet poco o nada le dio de importancia al crecimiento económico en su programa haciendo una reforma tributaria que freno a la economía chilena. Además de generar muy malas expectativas y un pésimo clima empresarial. Ahora, luego de complejo escenario quiere aumentar las cotizaciones de parte de los empresarios para mejorar nuestro sistema de pensiones. Teniendo serios problemas de empleo. Se da el lujo de subir el costo y hacer más difícil a los trabajadores la tarea de encontrar trabajo. El desempleo el año 2016 se proyecta al borde del 7% o más. Ya que existe un crecimiento del auto empleo que lamentablemente no siempre será exitoso.
Lo complejo de esta situación, es que nos deja sin mucho margen de error y estamos a merced de que alguna crisis, por pequeña que sea, nos deje en crecimiento 0 o recesión. Ya que no contamos con la solidez fiscal del año 2013 y esto podría empeorar.
Nuestro país es una economía pequeñísima, que corresponde al 0.32% del PIB mundial. Para hacernos una idea EEUU es un 25% del PIB a nivel mundial y China un 15%. Argentina que es una economía enorme comparada con la nuestra es de 0,6 % como porcentaje del PIB.
Muchos medios alrededor del mundo no miran con buenos ojos la situación de Chile y como aquí nadie dice nada, es importante mencionarlo. Es evidente que hoy la situación no es crítica, pero se requieren de políticas proactivas para evitar que nos tome de sorpresa alguna contingencia económica, ya que insisto estamos en una posición vulnerable. Es increíble que en solo 3 años pasamos de una situación de deterioro en las finanzas públicas.
Valdés, es un buen economista y está altamente capacitado, pero la presidenta no le hace caso. Ya ha perdido batallas con la ministra Rincón y otros ministros por tanto es fundamental que el ministro de Hacienda sea empoderado o sea reemplazado por alguno de semejantes características de la confianza de la presidenta. En este aspecto el retorno de Eyzaguirre a Hacienda podría ser una alternativa más que aceptable.
Estamos en tiempos difíciles y necesitamos que el gobierno pondere la real situación económica del país, ya que la presidenta ya tiene un 19% de aprobación y puede seguir bajando.
