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La docencia remota de emergencia en educación superior desde la perspectiva estudiantil

La pandemia aceleró la migración a nuevos entornos virtuales de aprendizaje, presionando a las universidades a enfrentar desafíos inéditos y sin preparación. Es por ello que la UTEM, buscando potenciar los apoyos académicos, indagó, desde la perspectiva estudiantil, la percepción sobre docencia remota de emergencia, obteniendo las siguientes conclusiones.

En primer lugar, se concluye que para aprender influyen factores no cognitivos, como las brechas materiales, tecnológicas y espaciales. En segundo lugar, las y los estudiantes aprueban el desempeño docente y expresan que la mayoría de las clases se realiza a través de procesos análogos, en que la interacción es a través de cámara, intentando simular condiciones presenciales de enseñanza en una sala de clases.

También manifiestan que la evaluación es el proceso con mayores transformaciones y como esta situación es emergente y de resolución casuística, afirman que la mayoría de los y las docentes han utilizado criterios evaluativos flexibles y han diversificado sus canales de comunicación, en miras a profundizar lazos humanos y educativos en un contexto altamente amenazante.

Finalmente, perciben que la virtualidad presionó al soporte tecnológico al máximo, pero que la apresurada respuesta y la imperiosa necesidad de continuar con el proceso formativo, evidenció también gruesas brechas educativas, tecnológicas y de conectividad.

En un contexto irregular, es ilógico esperar regularidad. Bajo esta premisa, la crisis tensiona a las instituciones de educación superior a buscar respuestas para migrar de una docencia de emergencia hacia un modelo de enseñanza virtual, destapando la oportunidad de transformar la educación superior como la conocemos hasta ahora.

Por lo pronto, es momento de volver a las raíces. Para esto, es necesario ajustar planes de estudio, apoyar a académicos en el desarrollo de competencias, gestionar políticas para favorecer el aprendizaje, disminuir la brecha tecnológica, entre otras medidas que aseguren una formación educativa robusta.

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