Pocos se acuerdan de la interpelación en sí. Ni de lo larga que fue, ni de las cifras que el diputado DC Juan Carlos Latorre y la ministra de Vivienda, Magdalena Matte, se enrostraron. Todo eso dejó de interesar después de que Juana Silva, dirigenta de Andha Chile, tirara sus sandalias al hemiciclo. Y casi le apuntara al diputado RN Alberto Cardemil.
Silva, que compró la chala-bota en el Líder a $4.990, generó polémica hasta el día siguiente a la intepelación y ahí quedó la anécdota. Excepto para el edecán de la Cámara Baja, Reinel Bocaz, que no se olvidó del episodio del 20 de diciembre y propuso un cambio en la infraestructura de la Sala: protegerla de futuros arrebatos del público con una cúpula de vidrio.
La medida recién fue ingresada ayer y está siendo estudiada por la comisión de Régimen Interno. Quienes conocieron la inédita propuesta, aseguran que tuvo una mala recepción de parte de los parlamentarios socialistas y del PPD, pero sólo habrá una resolución final dentro de las próximas semanas.