No, yo no. De hecho, considero que la
maternidad-paternidad es una opción. Y yo he decidido no disfrutarla
por razones que no vienen al caso. Prefiero malcriar a los niños de
los demás. Mi decisión será compartida por unos y cuestionada por
otros, porque, aunque parezca una obviedad afirmar que tener un
hijo en el siglo XXI es una cuestión de libre elección, la práctica
indica otra cosa.
Todos sabemos de matrimonios que tienen
hijos porque toca, porque es lo que se espera de ellos, o,
tristemente, porque lo que tienen entre ellos no es suficiente y
creen que van a llenar sus vidas con hijos. ¡He escuchado
tantas veces eso de que “el fin de un matrimonio es tener hijos”.
También conocemos embarazos no
deseados, en unos casos no tiene tanta importancia y esos hijos son
recibidos con alegría y amor, pero en otros las criaturas son
rechazadas y maltratadas. Pero cuando manifiestas que has elegido no
ser madre, es probable que no te sientas comprendida.
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