Secciones
País

Critican a Carolina Tohá por el “Extreme Makeover” que quiere hacerle a su oficina

La alcaldesa habría pedido un presupuesto de $26 millones para redecorar el recinto. Funcionarios municipales critican que ese mismo trabajo ya se realizó hace un año, mientras que concejal aclara que la suma corresponde no sólo a la oficina de la jefa comunal, sino otras dependencias de la alcaldía.

Al parecer, el gusto en decoración del anterior alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett, no es muy compatible con las preferencias de la actual edil, Carolina Tohá, quien habría requerido los servicio de un profesional para redecorar su oficina.

Según lo consignado por La Segunda, la Municipalidad de Santiago está tramitando la contratación por 3 meses del diseñador Raúl Celis Kunika, vía trato directo. Celis contaría con un presupuesto de nada menos que 26 millones de pesos.

El monto, si bien fue aprobado en la comisión de gestión comunal, la semana pasada, debe ser ratificado este miércoles en la correspondiente sesión del concejo municipal. Sin embargo, el tema no ha estado exento de críticas, ya que funcionarios han apuntado a que el mismo trabajo ya se hizo hace un año.

“No se pueden gastar $26 millones porque a la alcaldesa no le gustó la decoración que eligió el ex alcalde”, sostuvo al respecto el concejal Felipe Alessandri, uno de quienes votó en contra de la petición.

Durante esta tarde, el concejal UDI Carlos Kubik, aclaró a través de su cuenta en Twitter que la suma corresponde a diversas dependencia y no sólo a la oficina de la jefa comunal. “Para precisar: Los $26 millones son para gran parte de la alcaldía (sala de reuniones, consejo, alcaldía, comedor, recepciones, etc.)”, fue uno de los tuiteos de Kubik, quien agregó otra publicación detallando que “para la oficina de la alcaldesa por su parte el costo es de $4 millones”.

 

Notas relacionadas












No creo en el mejor disco del año

No creo en el mejor disco del año

Dicho eso no pretendo evangelizar a nadie. No vengo a dictar cátedra ni a levantar un tótem. Simplemente me animo, en este momento del año tan dado a los balances, a hablar de un disco. No el disco. Mi disco. El que, sin avisar, fue compañía, refugio y espejo. En mi caso, ese viaje personal tuvo nombre propio: Twilight Override, de Jeff Tweedy.

Foto del Columnista Mauricio Jürgensen Mauricio Jürgensen