Revuelo generó la semana pasada el traslado desde el Penal Punta Peuco -para militares procesados por crímenes de lesa humanidad ejecutados en Dictadura- del ex agente de la CNI, Álvaro Corbalán, condenado por múltiples casos de violaciones a los Derechos Humanos, a la Cárcel de Alta Seguridad, ubicada en la avenida Pedro Montt, al costado del Centro de Justicia en Santiago.
Esto fue anunciado por la ministra de Justicia, Javiera Blanco, y la razón fue porque a Corbalán se le sancionó por encontrarse por tercera vez un celular y un chip en su poder.
El pasado viernes, según reporta El Mercurio, llegó en la mañana al recinto penal, y el resto de los internos lo pifiaron e insultaron. Es por esto que, según sus abogados, decidió rechazar la salida al patio del recinto penal, al cual tiene acceso por una hora durante la mañana y otra en la tarde.
Sus abogados estuvieron cerca de no poder reunirse a solas con él, a causa del reglamento penitenciario, pero finalmente -argumentando secreto profesional- un funcionario del recinto quedó vigilándolos tras un vidrio.

Corbalán ya se encontraba preparando un escrito rechazando su traslado, el que considera “absolutamente fuera de reglamento”, y cree que la sanción es “absolutamente desproporcionada”.
Además, considera que este traslado es “la punta del iceberg” ya que cree que no será el último de los militares procesados por este tipo de delitos en ser trasladado fuera de Punta Peuco.