Antes de irse de vacaciones, el fiscal nacional Jorge Abbott decidió poner bajo investigación a otro fiscal que está en la mira por supuestas filtraciones a la prensa.
La máxima autoridad del Ministerio Público pidió indagar Manuel Guerra, quien encabeza la Fiscalía Metropolitana Oriente y dirige el equipo formado por el fiscal Carlos Gajardo y Jorge Norambuena. Los tres investigan las platas políticas de la UDI, en lo que se denominó caso Penta y que abrió una caja de pandora en dicha materia.
La petición fue hecha por el abogado Gabriel Zaliasnik, abogado de Jorge Rosenblut, uno de los investigados del caso SQM luego que se filtrara la declaración de Giorgio Martelli, operador político que habría recaudado fondos para financiar la campaña de Bachelet.
La sospecha se originó cuando salió en la prensa el testimonio que había prestado Martelli pocas horas antes ante el fiscal Gajardo, un funcionario policial y los dos abogados que lo defienden.
El artículo 64 de la ley Orgánica prohíbe a los fiscales emitir opiniones y entregar antecedentes de investigaciones que están en curso. Considerando esto, Abbott aplicó investigaciones anteriores contra el fiscal Emiliano Arias, por el caso Corpesca. Y si bien Arias resultó absuelto, quedó al margen de esa investigación. Lo mismo hizo con el fiscal Pablo Gómez, quien lidera el caso SQM, tras una petición del abogado de ME-O.
