Secciones
País

Sebastián Piñera: “El haber participado en el gobierno militar no significa ningún pecado”

“El hecho de haber tenido poder y haber podido evitar atropellos a los derechos humanos, para mí, sin duda, constituye un reproche moral”.

Sebastián Piñera fue consultado al inicio del debate presidencial organizado por la Asociación Nacional de Prensa (ANP) sobre los “cómplices pasivos”, asegurando que no es “ningún pecado” haber participado en la dictadura.

“En nuestro país, muchos piensan que los únicos responsables de los graves y reiterados atropellos a los derechos humanos que ocurrieron en nuestro país durante el Gobierno militar fueron los militares, y eso no es verdad”, expresó.

Según Piñera, “hay otras personas e instituciones que también tienen responsabilidad, pero el hecho de haber participado en el Gobierno militar no significa ningún pecado. El hecho de haber tenido poder y haber podido evitar atropellos a los derechos humanos, para mí, sin duda, constituye un reproche moral”.

“Nada, ni siquiera circunstancias extraordinarias, justifican atropellos a los derechos humanos”, agregó.

Pero tras esto, Marco Enríquez-Ominami aprovechó de disparar contra José Antonio Kast al declarar que “las cosas tienen un límite. Aquí está en la sala un senador (sic) que dijo que los detenidos desaparecidos no existían. Aquí está”.

“Eso es un cómplice pasivo. Creo que tenemos que hablar con la verdad, los cómplices pasivos existen en Chile todavía y están en esta sala y duele mucho que usted (Piñera) juegue en una elección que no aguantará nada con la dictadura y, por otro lado, que en verdad los va a tolerar porque no es un crimen haber sido parte de una dictadura”, sentenció.

Notas relacionadas








No creo en el mejor disco del año

No creo en el mejor disco del año

Dicho eso no pretendo evangelizar a nadie. No vengo a dictar cátedra ni a levantar un tótem. Simplemente me animo, en este momento del año tan dado a los balances, a hablar de un disco. No el disco. Mi disco. El que, sin avisar, fue compañía, refugio y espejo. En mi caso, ese viaje personal tuvo nombre propio: Twilight Override, de Jeff Tweedy.

Foto del Columnista Mauricio Jürgensen Mauricio Jürgensen