Secciones
País

Julio Isamit: el ex pingüino que asume como ministro

Isamit fue candidato a diputado en 2017 y luego fue nombrado jefe de gabinete de Gonzalo Blumel en la Segpress.

isamit

Julio Isamit, nuevo ministro de Bienes Nacionales, fue uno de los rostros más recordados de la Revolución Pingüina que en 2006 complicó al recién inaugurado gobierno de Michelle Bachelet para terminar con la Ley Orgánica Constitucional de Educación (LOCE), promulgada en la postrimerías de la dictadura, como también demandas económicas por el pase escolar y el precio de la PSU.

Isamit era uno de los dirigentes del Instituto Nacional que junto a Karina Delfino, César Valenzuela, María Jesús Sanhueza y Germán Westhoff mantuvieron un conflicto de casi tres meses con las autoridades de Educación de la época.

Protestas, conflictos con carabineros y marchas interminables culminaron en junio de esa año. La movilización costó la salida del ministro del Interior, Andrés Zaldívar, y de Educación, Martín Zilic.

La mayoría de los dirigentes pingüinos desapareció del mapa político con el correr de los años. Algunas como Delfino, continuaron en la política, quien fue concejal de la Municipalidad de Quinta Normal y ahora es vicepresidenta de la Mujer Partido Socialista.

Isamit, por su lado, continuó ligado a la centro derecha, participando en varios think tank como Res Pública. Fue candidato a diputado en 2017. Luego fue nombrado jefe de gabinete del ministro secretario general de la presidencia, Gonzalo Blumel.

Notas relacionadas







José Antonio Kast, el rebelde de la UDI que cambió el paradigma de la derecha chilena para llegar a La Moneda 

José Antonio Kast, el rebelde de la UDI que cambió el paradigma de la derecha chilena para llegar a La Moneda 

El abogado de 59 años llegó a La Moneda tras tres candidaturas presidenciales y un camino marcado por desafiar a la dirigencia de su propio sector. Desde su formación en la UC bajo la tutela de Jaime Guzmán hasta la fundación del Partido Republicano, la trayectoria de Kast es la historia de un hombre que aprendió que en política el poder no se pide: se toma.

Daniel Lillo