La jugada de Amarillos fue extraña a ojos de sus aliados. El partido liderado por Andrés Jouannet entregó a su apoyo a Evelyn Matthei, pero descartó conformar una lista en conjunto con Chile Vamos, pese al riesgo que supone tener un mal resultado en la elección parlamentaria y ser disueltos por el Servel.
En entrevista con EL DÍNAMO, Jouannet explica las razones de esa decisión asegurando que “en política hay que tomar riesgos pensando en el futuro”.
Asimismo, cuestiona a quienes se han erigido como candidatos del centro apuntando a que “no queremos que un candidato de centro dinamite la elección y salga alguien como Kast o Jara. Y eso es lo que creo que están haciendo personas como Harold Mayne-Nicholls o Franco Parisi, que no tienen ninguna posibilidad”.
—Estos días Chile Vamos ha vuelto a poner sobre la mesa la posibilidad de tener una lista desde Amarillos hasta el Partido Republicano. ¿Amarillos tiene alguna disponibilidad para integrar una lista única de oposición?
—Nosotros hemos señalado desde el primer momento que lo importante es la gobernabilidad del país. Y con Evelyn Matthei vemos la oportunidad de tener un gobierno de unidad nacional. Eso significa que van a estar sectores del centro izquierda, como los nuestros, y de centro derecha, como los de donde viene ella, que van a gobernar este país pensando en dos cuestiones fundamentales: que el país vuelva a crecer y eso va a generar empleo y desarrollo. Ese es nuestro espíritu y por eso negociamos nuestra incorporación al comando de Matthei.
—¿Eso no tiene un efecto en la negociación parlamentaria?
En materia de negociaciones parlamentarias, yo no he negociado con nadie. El mandato que tiene Amarillos nos exige que armemos nuestra propia lista parlamentaria, porque en eso vamos a demostrar nuestra coherencia.
—Pero si Chile Vamos se acerca a ustedes para negociar una lista parlamentaria, ¿estarían dispuestos a reconsiderar esa decisión?
—No puedo hablar de hipotéticos en política. Un día es mucho tiempo, como decía Winston Churchill. Yo no puedo hablar de hipotéticos, yo hablo de lo que Amarillos decidió y de lo que Amarillos hizo respecto de una cuestión que creíamos desde el principio: no negociar. Nosotros tenemos hoy día muchos candidatos en varias regiones para poder llenar la lista parlamentaria y hemos trabajado en eso. De hecho, en la Región de La Araucanía tengo llena mi lista parlamentaria, y yo no le voy a decir a esa gente de la noche a la mañana que se bajen. No funciona así la política para nosotros.
—¿Por qué no se terminó llegando a un entendimiento con Demócratas en lo parlamentario? Se decía que eran partidos hermanos…
—Con Demócratas tenemos cercanía y muchos puntos comunes. Pero en este caso la estrategia de ellos era diferente a la nuestra: ellos estaban negociando con Chile Vamos y nosotros no.
—¿No hay temor de que al ir solos se obtenga un mal resultado y el partido termine siendo disuelto por el Servel?
—En política hay que tomar riesgos pensando en el futuro. En ese sentido, hemos pensado primero en apoyar a una candidatura que de verdad puede cambiar Chile en los próximos cuatro años, una transición para consolidar nuevamente un modelo de desarrollo y crecimiento. Nosotros creemos que somos capaces de sacar el mínimo de parlamentarios que pide la ley. A partir de ahí, el próximo período es clave. Es un partido que tiene mucho qué decir y que hemos construido una plataforma de ideas más que una plataforma electoral.
—Usted decía que Matthei es la mejor opción para el país, pero ha bajado sostenidamente en las encuestas. ¿Por qué cree que no ha logrado captar el electorado de centro, o si lo captó, no se está viendo en las encuestas?
—Dos cosas. Primero, una semana en política es mucho tiempo. En política hay cosas que van a pasar, eso es lo primero. Segundo, la campaña aún no comienza y cuando empiece Evelyn Matthei va a tener mucha gente trabajando: todos los concejales, tanto de Chile Vamos como los nuestros, va a tener a los alcaldes. Lo segundo es que yo creo que ya va a ser la presidenta de Chile. ¿Por qué? Porque va a ser Matthei la que va a llegar a la segunda vuelta, y en ese caso hipotético, la probabilidad de que le gane es muy alta. Es muy difícil que la centro izquierda vote por Kast. Sin embargo, para la gente de centro izquierda como yo, que vengo de la centroizquierda, tengo absoluta claridad: es cómodo y fácil votar por Evelyn Matthei. Por eso, tanto Kast como la candidata de izquierda extrema del Partido Comunista van a tener problemas. Matthei, en cambio, propone tener un gobierno de unidad nacional. Por eso yo creo que va a ganar.
—Por lo que entiendo, en ese caso hipotético que usted plantea, ¿no votaría ni por Jara ni por Kast?
—No he planteado eso. No voy a votar por ellos porque la que va a pasar a segunda vuelta es Evelyn Matthei, así de simple. Confío en que el electorado de centro izquierda no vota por Kast, Ese electorado va a votar por Matthei.
—Pero en el escenario que muestran las encuestas, que es el más probable según todas las mediciones, ¿Amarillos se abriría a apoyar a Kast, que es el candidato que está más cercano a Matthei?
—No, yo hago política de mediano plazo. Yo apoyo una candidatura ganadora. Insisto y de verdad te lo digo: estoy convencido de que Matthei pasará a segunda vuelta. Por otro lado, si uno ve para atrás las encuestas, Cadem daba una diferencia de un punto entre el Apruebo y el Rechazo, ¿y qué pasó ahí?
—¿Por qué los partidos de centro, como Demócratas o la Democracia Cristiana, no han podido levantar opciones propias de centro? La DC está evaluando si ir con Jara, y ustedes van con Matthei.
—El centro político se vació hace muchos años atrás, yo diría desde 2015 en adelante. Por tanto, desde ahí no surgió una alternativa política real. Por eso nosotros estamos con Amarillos construyendo algo a largo plazo. Y yo lamento esto, porque yo fui militante de la Democracia Cristiana, sigo siendo humanista cristiano, pero la Democracia Cristiana, si apoya al Partido Comunista, se terminó para siempre.
La Democracia Cristiana nació justamente para derrotar al comunismo. La Falange Nacional surge en la década del 30 para justamente luchar contra el socialismo real y el comunismo que en esa época comenzaba a desarrollarse.
Ahora bien, nosotros no hemos pretendido levantar un candidato presidencial, porque queremos que a Chile le vaya bien y hemos sido honestos en eso. No queremos que un candidato de centro dinamite la elección y salga alguien como Kast o Jara. Y eso es lo que creo que están haciendo personas como Harold Mayne-Nicholls o Franco Parisi, que no tienen ninguna posibilidad. Creo que ambas son candidaturas egocéntricas y populistas.
—Desde lo que mencionaba usted sobre la “muerte” de la Democracia Cristiana, hay algunos militantes de la DC que dicen que no ir con Jara es condenarse a la muerte. ¿Cómo ve que hoy, de alguna manera, la salvación para la DC sea una candidata del Partido Comunista y los votos del oficialismo?
—No hay convicciones. La convicción es cuando uno no hace el cálculo respecto de los votos. La convicción es la coherencia ideológica, y no hay ninguna coherencia ideológica entre una candidata del Partido Comunista y la Democracia Cristiana. Lo demuestran los principios marxistas-leninistas del Partido Comunista chileno.