“No presionemos al presidente electo”, responde Ximena Rincón cuando se le pregunta si estaría dispuesta a ser parte del gobierno de José Antonio Kast.
Y es que por estos días la pregunta de quiénes —y qué fuerzas políticas— estarán presentes en el gabinete del presidente electo es una incógnita que tiene trabajando intensamente a los republicanos y atentos a los otros siete partidos que apoyaron la candidatura de Kast.
Pero para la senadora, “el primer objetivo debe ser generar un gobierno de unidad de todas las oposiciones”. Eso sí destaca las credenciales que tienen las figuras del partido que fundó para ser considerados en el gabinete: “Experiencia, sensibilidad en ciertos temas, conocimiento del mapa político del país”, dice Rincón.
En entrevista con EL DÍNAMO, la senadora también entrega sus expectativas respecto al futuro gobierno y de Kast, como mandatario. “Que el presidente haya anunciado que se va a juntar con la ex presidenta Bachelet, creo que es un signo de que la verdad tiene claro dónde están las urgencias”, dice.
—¿Por dónde pasó el triunfo de José Antonio Kas?
—El presidente electo hizo una propuesta al país centrada en las urgencias que tiene la ciudadanía, y que tiene que ver con los temas de seguridad ciudadana, económica, empleo y todos aquellos temas y áreas donde la ciudadanía necesita respuestas del Estado. Salud, vivienda y educación. Él supo mantener la atención, en el buen sentido de la palabra, de la ciudadanía en aquellas cosas que para la ciudadanía fueron relevantes y no se metió en las peleas chicas ni en las peleas históricas.
—A diferencia de 2021, logró más respaldo en la segunda vuelta. ¿Qué cambió?
—La segunda vuelta era más bien binaria, donde muchos de nosotros tomamos la decisión de no cometer el mismo error del 2021, cuando anulamos o votamos en blanco. Además, se sumó algo que me ha dicho harta gente en estos días: el llamado que hizo Parisi a anular hizo sentir a muchos que no podían estar en esa opción y optaron por marcar directamente una posición, aunque no fuera histórica y tradicional con sus convicciones.
—Un análisis extendido es que esta elección se explica en base al clivaje Apruebo-Rechazo. ¿Por qué cree que Kast logró interpretar mejor ese electorado del Rechazo?
—Porque supo interpretar de mejor manera las urgencias y la necesidad de unidad. El expresidente Frei lo dijo cuando se reunieron: sin perjuicio de que había diferencias, hay muchos puntos de encuentro. Y José Antonio Kast, en la segunda vuelta, tuvo a la vista las propuestas que nosotros habíamos hecho en materia legislativa, en materia programática, y eso obviamente hizo sentirse a muchas y muchos parte de un gobierno que será convocante y no polarizante.
—¿Se “derechizó” el país?
—No. Y ese fue el error de la izquierda en el primer proceso constitucional donde el resultado final fue 62% contra 38% rechazando esa mala propuesta. Eso no quiere decir que la gente sea de derecha. Ahí se equivocan los que insisten en hacer esa lectura.
—¿Y Demócratas no viró hacia la derecha apoyando a Kast?
—Yo no soy, ni me siento, ni soy parte de la derecha del país, a pesar de que vengo diciendo hace rato que la dicotomía derecha-izquierda se viene añejando. Hoy día la ciudadanía toma más bien posición por propuestas y por proyectos. De hecho, el porcentaje de militancia en Chino no alcanzan ni siquiera el 4% en partidos políticos. Por lo tanto, nadie podría decir que es izquierda o derecha. La gente opta por proyectos, por propuestas, por soluciones. Entonces, yo creo que esa dicotomía es absolutamente falsa.

—¿Cometería un error el presidente electo al sobreinterpretar los resultados como un respaldo a sus posiciones más ideológicas?
—Es que yo creo que él lo tiene súper claro, y por eso ha dicho que este es un gobierno de emergencia, y agrega un elemento más a su discurso en esta segunda vuelta: la unidad. Y para eso no puede polarizar, no puede tratar de llevar a la ciudadanía a un mundo que no es, pero que además no es la urgencia del país.
—Los Nacional Libertarios le han pedido albergar la llamada “batalla cultural” en su gobierno.
—Yo creo que el presidente electo sabe que no tiene tiempo, que las urgencias del país están puestas en los temas que fueron los ejes de su campaña y que tiene que tratar de resolver en el menor tiempo posible, con pocos recursos económicos. Y por lo tanto, no puede perder tiempo en los otros temas.
—O sea, ¿debería ser un gobierno más de gestión que político?
—Es que la gestión también es política. No podemos perder eso de vista.
—Pero al gobierno de Piñera se le criticó mucho que fue muy tecnocrático y dejó la política de lado…
—Al primer gobierno de Piñera le tocó enfrentar el terremoto. Malamente podía enfrentar otros temas. Al segundo le tocó enfrentar el estallido y el COVID. O sea, no tenía tiempo para hacer otro tipo de debates. Y creo que eso es lo que entiende José Antonio Kast. No estoy tratando de interpretarlo ni decir que hablo a nombre de él, que no tengo ese rol, pero me fundamento en lo que él ha dicho públicamente: que no se va a perder de vista cuáles son las urgencias que tiene el país y se va a concentrar en eso.
—¿Debería seguir o tomar de referencia el estilo de Piñera para gobernar?
—Lo que el presidente electo ha transmitido es que va a tratar de construir los acuerdos para enfrentar los temas que son urgentes. Y eso yo creo que es la clave. Si la ciudadanía siente que la política le resuelve sus problemas, creo que tiene la mitad del trabajo hecho.
—¿Tiene la expectativa de que José Antonio Kast, siendo presidente, modere ciertas posturas conservadoras o radicales que ha exhibido?
—Yo creo que el presidente que nos vamos a encontrar es el que asume que el país no puede seguir esperando en temas que son urgentes. No es que Kast se vaya a moderar, sino que está enfocado en dar respuesta a las urgencias de Chile y eso no da espacio a los temas que para muchos son preocupantes. Que el presidente haya anunciado que se va a juntar con la expresidenta Bachelet, creo que es un signo de que la verdad tiene claro dónde están las urgencias, que no pasa por bloquear ni hacer zancadillas en otros temas.
—¿Sería una señal de transversalidad que José Antonio decidiera apoyar la candidatura de Michelle Bachelet a la Secretaría General de Naciones Unidas?
—Yo creo que reafirmaría dónde están las urgencias verdaderas y que no están en esas peleas ni en esos entramados. Creo que tiene un desafío tan grande por delante que no creo que se pierda en ese tipo de debates.

—¿Ya tienen decidido de qué manera seguirán con el proyecto de Demócratas?
—Estamos trabajando en eso. No puedo hablar mucho, pero estamos trabajando con Amarillos y con Evópoli. Yo creo que hay muchos partidos que están en una situación compleja, y yo creo que necesitamos más y mejor política. Tratar, como se está tratando de hacer ahora en la Sala del Senado, de dar una plumada y borrar a los que piensan distinto a los grandes grupos, no es un buen camino.
—Se refiere a la reforma del sistema político…
—Exacto. Por lo tanto, yo creo que aquí hay que ser súper cuidadosos. Nosotros vamos a reorganizarnos, reagruparnos. Tenemos consejeros regionales, tenemos concejales, tenemos parlamentarios electos, y por lo tanto no los vamos a dejar solos. Tenemos una corporación que existe, que funciona, vamos a apoyarlos y obviamente que vamos a intentar reorganizarnos para ponernos de pie de nuevo.
—¿La intención es mantener la autonomía de Demócratas como organización fuerza política?
—Estamos analizando los escenarios para ver cuál es el más razonable y posible.
—¿De qué depende la disposición de Demócratas para ingresar al gabinete de Kast?
—Lo más importante es entender que tenemos una urgencia en el país, que mientras más amplio sea el gobierno, tanto mejor. Yo creo que la invitación que el presidente electo nos ha hecho es construir grandes acuerdos que permitan al país enfrentar y salir adelante de los dolores que tiene nuestra ciudadanía. Y ahí, obviamente, el tema es la convicción. Estamos aquí por convicción y nuestra convicción es que Chile necesita un gobierno de unidad de todas las oposiciones al gobierno de Boric. Y en ese ámbito me reuní con el presidente electo para plantearle mi preocupación sobre el futuro, y no para solicitarle un cargo. Porque si alguien no entiende eso, que no estoy detrás de una pega, un cargo, una cuota de poder, no está entendiendo el tamaño del desafío que tiene Chile.
—¿Y qué le podrían aportar los cuadros de Demócratas al gabinete de Kast?
—Experiencia, sensibilidad en ciertos temas, conocimiento del mapa político del país. Creo que es interesante lo que le podrían aportar, pero el primer objetivo debe ser generar un gobierno de unidad de todas las oposiciones que dé respuesta a las urgencias.
—¿Y usted, ahora que deja el Senado, ya tiene definido qué va a hacer después de marzo?
—Cada día tiene su afán. Estamos presidiendo la Comisión de Hacienda, estoy trabajando con los equipos del presidente electo para ver cuáles son las urgencias, cómo está la agenda, cuáles son los temas que quedan hacia adelante, y vamos a seguir aportando obviamente desde esa posición.
—Pero me imagino que tendrá apertura a escuchar una eventual propuesta de José Antonio para el gabinete…
—Yo voy a decir lo mismo que le he dicho a todos los que me han preguntado: no presionemos al presidente electo. Creo que ya es suficiente el desafío de tener que armar la agenda de los primeros días, de lo que viene para adelante y los equipos, para que le estén llegando los recados desde la prensa de quiénes son las o los mejores para distintos cargos.
—¿Pero está abierta a ese llamado?.
—No presionemos al presidente.